Escribe el doctor Rodolfo Canabal

Locales | 27 Oct En fecha reciente un diario metropolitano señaló el alto grado de garantías que derivan del régimen electoral nacional, pues sus normas son en tal sentido entre las de mayor eficacia y perfección a nivel universal, al punto de que son al respecto ejemplo que con frecuencia determina que se solicite desde otras naciones asesoramiento sobre régimen tan importante. Y tan alto nivel de garantías es algo tan notorio que hasta quienes sin especialización al respecto toman contacto con los procedimientos electorales, advierten el alto grado de eficacia de tales garantías.
Complementariamente es indispensable, además de justo,  señalar el muy alto grado de educación cívica que en general tiene la población nacional. El desenvolvimiento de las elecciones  que a nivel nacional se realizaron el último domingo confirmó, una vez más, tanto el perfeccionamiento de las normas como el grado de formación cívica de los ciudadanos: el desarrollo de dicha jornada, en efecto, fue un verdadero ejemplo de cómo se debe desenvolver una jornada electoral, con entusiasta preocupación por el cumplimiento del deber que significa la emisión del voto, pero además por el respeto generalizado, tanto  hacia correligionarios como a adversarios, que se advirtió ese día, en forma que fue reiteradamente destacada. Vale decir: algo que, además de ser tradición que viene de muy lejos en el tiempo, es también realidad que honra y prestigia al país. Es deber además subrayar la  total coincidencia con los conceptos expuestos al respecto  por EL TELEGRAFO en su edición del pasado lunes.
Con relación a los resultados electorales, aún la Corte Electoral no ha culminado los cómputos primarios y además será menester, posteriormente, realizar los escrutinios definitivos que a la revisión de actas y recuento de votos deberá incorporar lo que resulte de los votos observados. De tales cómputos primarios emergen ya algunos resultados que el escrutinio definitivo no ha de alterar: tales son, sustancialmente, el triunfo del Frente Amplio a nivel nacional, seguido del Partido Nacional, del Partido Colorado y del Partido Independiente, que son los cuatro que tienen representación parlamentaria; la indispensable realización el 29 de noviembre de la segunda vuelta para elegir, entre los dos candidatos con mayor número de sufragios a su favor, José Mujica y Luis Alberto Lacalle, quién será  Presidente de la República durante el período  próximo de gobierno 2010-2015. Ninguno de los plebiscitos (para anular la ley de caducidad y para incorporar el voto epistolar) obtuvo el número de votos para ser aprobado.
Son también hechos que se entiende importante señalar los siguientes: los partidos mayoritarios tuvieron pequeña reducción del porcentaje de adhesión de la anterior elección, en tanto el Colorado obtuvo importante incremento en las adhesiones recibidas; el Independiente obtuvo pequeña mejora en su caudal de votos.
Sin perjuicio de no ser posible, a esta altura, adelantar cuál podría ser el resultado probable de la segunda vuelta, sí se entiende pertinente mantener lo que se adelantó como posible en la anterior columna, máxime si se tiene en cuenta la adhesión personal del candidato colorado Dr. Bordaberry a la candidatura del Dr. Lacalle para la segunda vuelta: el caudal incrementado del Partido Colorado podría incidir a favor del Partido Nacional.
Es también algo importante, que ha de incidir a favor de la existencia en el próximo período, cualquiera sea el triunfador en la elección presidencial, de acuerdos ajustados, como corresponde, al interés general, que la actual fuerza gubernamental no mantenga su mayoría absoluta parlamentaria que le ha permitido legislar muchas veces al margen de todo intento de acuerdo interpartidario.
Tales algunos apuntes relacionados con las recientes elecciones.