Locales | 26 Oct Tiempo atrás había sido restaurado totalmente.
Ahora se le hicieron algunas cositas más, de manera que el Ford A, cuatro puertas, propiedad del escribano Pedro Ernesto Illia Zalacain, luce de muy buena manera, como quien dice, quedó hecho una “pinturita”.
Pintado en color beige, con guardabarros negros y tapizado en tono también negro, en estado casi original -de acuerdo a lo que nos expresaba el propio Illia- esta unidad es todo un referente vivo de la marca y del modelo, tan exitoso por cierto.
Nos comentaba que adquirió este Ford A, en el año 1973 en Montevideo. El auto no estaba en la capital, sino en Trinidad, y era propiedad de un señor Lamarté.
Hace treinta y seis años que está en poder de Illia, quien siempre lo fue reacondicionando, haciéndole el debido mantenimiento, porque en definitiva era el auto que tenía para movilizarse.
Recuerda que cuando lo trajo de Montevideo, se lo manejó alguien que era chofer de la ex empresa ONDA y que en los repechos el hombre se molestaba. Claro acostumbrado a manejar aquellos ómnibus de gran potencia, sentía que al Ford se le hacía algo más complicado coronar las cuestas a velocidad medianamente comparable.
Lo cierto es que ese primer viaje insumió algo así como 12 horas.
Agregaba Illia que en una hora de marcha llegaba a las Termas, y que en una oportunidad se “trenzó” mano a mano con una camioneta también Ford y de ese tiempo. Lo cierto es que andaban bastante parejos, pero después se enteró que la camioneta escondía en sus entrañas un motor Ford, pero de ocho cilindros. Illia siempre mantuvo en orden de marcha a su Ford A, pero fue hace unos tres años que realmente lo puso a cero. Antes el auto había estado alrededor de 10 años en su chacra, donde el casero era quien lo utilizaba.
Ahora sumó alguna cosa más y el auto luce a pleno como el primer día.
Illia nos decía que siempre hubo alguna duda en cuanto a que este Ford A correspondiera al año ‘30 o al ‘31. Pero a nuestro parecer podría tratarse de una unidad de 1929, ya que en 1931 todos los modelos A contaban con pequeños faros adosados al torpedo, y desde 1930 en adelante el aro del radiador era más redondo y las llantas más bajas y anchas. También la rueda auxiliar está ubicada en la parte posterior, tal cual corresponde a la década del ‘20.
De todas formas el auto está registrado como correspondiente al año 1931. Un Ford A con casi ochenta años a cuestas, y tan campante...