Opinion | 29 Oct Un alto porcentaje de los uruguayos entiende que el final de una vida también puede representar un nuevo comienzo, una nueva oportunidad. Por esa razón, Uruguay se ubica entre los países de la región con mayor porcentaje de donantes de órganos, lo que también remite a una profunda madurez frente a temas por años considerados tabúes y a la confianza de la población en el sistema cristalino implementado desde hace años por el Instituto Nacional de Donación y Transplante (INDT).
Hace pocas horas, el trágico fallecimiento de un sanducero activó el sistema que permite a un equipo de profesionales trasladarse vía aérea a distintos puntos del país, con el cometido de obtener los órganos que serán destinados a quienes integran las listas de espera y aguardan por una posibilidad. En medio del dolor ante lo irreparable, médicos y sicólogos cumplen una doble función que implica contener a los familiares del fallecido y al mismo tiempo asegurar que los órganos lleguen a destino en perfectas condiciones.
Mientras tanto, según informó “El Espectador”, durante las elecciones del pasado domingo otros 2.000 uruguayos resolvieron convertirse en donantes de órganos, gracias a una campaña implementada por el INDT en circuitos electorales de todo el país. Tal cual explicaron los responsables de esta campaña, el ámbito hospitalario no siempre es ideal para plantear esta posibilidad, por lo cual instancias como la electoral representan una buena oportunidad para acercarse a la gente y obtener nuevos compromisos. Además, adelantaron que volverán a implementarla durante el balotaje.
Actualmente en Uruguay casi 400 personas aguardan por un trasplante de riñón y unas 20 por uno de corazón, mientras que existen alrededor de 600.000 donantes. El INDT considera que la cifra de donantes aún es insuficiente y hay que seguir trabajando, pero es bueno saber que, aun con dificultades, se sigue avanzando. Los uruguayos, lentamente, estamos comprendiendo que la muerte no necesariamente es el fin, sino también una oportunidad para dar vida.