Opinion | 02 Nov El Sistema Nacional de Áreas Protegidas celebró su primer aniversario como una herramienta para armonizar el cuidado del ambiente con el desarrollo económico y social, en particular de la diversidad de paisajes, ecosistemas, especies y elementos culturales.
Y realmente puede celebrar, pues en octubre ingresó al sistema la cuarta área, el Valle del Lunarejo en el departamento de Rivera, que se suma a la Quebrada de los Cuervos, Esteros de Farrapos y Cabo Polonio. Pero además otros siete lugares transitan el proceso de ingreso: Cerro Verde, Laguna de Rocha, San Miguel en Rocha, la Localidad Rupestre de Chamangá en Flores, Laureles-Cañas en Tacuarembó y Rivera, Humedales de Santa Lucía, compartida entre los departamentos de Canelones, Montevideo y San José, y Montes del Queguay en Paysandú.
Con procesos de estudio más incipientes se encuentran las áreas de Laguna Negra, Laguna de Castillos y Laguna Garzón en Rocha, Paso Centurión-Sierra de Ríos en Cerro Largo, Bosques del Río Negro en los departamentos de Río Negro y Soriano, Arequita en Lavalleja, y la Isla de Flores en el Río de la Plata, frente a Montevideo.
Para la declaración de área protegida, los expertos estudian la riqueza biológica del lugar, el ambiente socioeconómico, la población humana y hasta las condiciones políticas. Claro que declarar un área protegida no implica que en esa zona todo está prohibido, aunque sí se restringen algunos comportamientos según las características de cada lugar. Por ejemplo, en Cabo Polonio no se puede sacar arena, con el objetivo de proteger las dunas. En Chamangá está prohibida la minería por tratarse de una reserva geológica. Además, la idea es armonizar las áreas protegidas con el ecoturismo.
La protección de determinadas áreas para la conservación de sus particularidades y riquezas medioambientales y culturales resulta muy importante. No hacerlo podría ocasionar daños serios, e incluso permanentes. Es que estamos hablado de cosas invaluables, como la conservación del medio ambiente y la calidad de vida de las próximas generaciones.