Paysandú, Jueves 05 de Noviembre de 2009
Locales | 01 Nov Para tener una idea de la cantidad que se produce, esas 400.000 unidades, el ingeniero Daniel Gossi puso como ejemplo que “en una casa de tamaño mediano se pueden utilizar unas 10.000 unidades, y en una escuela o un liceo serían entre 60.000 y 80.000 ticholos medianos, de 25 centímetros de lado por 12 de ancho, con seis huecos”.
A juicio del entrevistado, “las virtudes de esta cerámica son primero que es una mezcla hecha en fábrica, con un grado de calidad en la mezcla mucho mayor que la que puede tener un ladrillo de campo común. Es industrializado, y además de la mezcla está el prensado, lo que es la segunda mejor condición. El secado y quemado de la cerámica completan el proceso”.
Dijo que “una pieza que es de cerámica y además hueca, tiene la ventaja de brindar aislación térmica y acústica, sumada la resistencia que tiene al ser prensada”.
Con relación al precio, destacó que es otro tipo de producto que el ladrillo común, “pero viendo la calidad y el sistema de colocado en relación al ladrillo, en la ocupación de mano de obra, el precio final es bastante menor que la colocación de un ladrillo de campo”.
El ingeniero explicó que “el ladrillo de campo es una pieza de mucho menor calidad y con mayor cantidad de mano de obra para su colocación por metro cuadrado”. Es que en un metro cuadrado de pared o tabique, “se necesitan entre 70 y 75 piezas, y para hacer un metro cuadrado de ticholo del mismo espesor, se precisan once o doce piezas. La colocación es cuatro o cinco veces más rápida que un ladrillo común, más las ventajas de ser una pieza de fábrica, con mucho mayor aislación térmica y acústica y mayor resistencia mecánica”.
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