Paysandú, Sábado 07 de Noviembre de 2009
Locales | 01 Nov El sueño es casi una realidad. Luego de 25 años deambulando por el mundo, impregnándose de la cultura musical de más de 150 países y reuniendo la más grande colección de instrumentos étnicos sobre la faz de la Tierra, el etnomusicólogo sanducero Carlos Blanco Fadol regresó una vez más a Paysandú. La finalidad, ajustar detalles del proyecto de construcción del Museo de la Música, que funcionará en parte de las instalaciones del actual Museo Histórico, frente al Palacio Municipal. Luego de interiorizarse en el proyecto, brindar una serie de conferencias en escuelas y liceos e iniciar la capacitación de los docentes que harán del museo un sitio accesible, interactivo y polo regional de atracción turística, Blanco Fadol dialogó con EL TELEGRAFO.
“Llegué hace unos cuatro días y no he parado en un solo momento. He venido para preparar a los profesores y a los maestros, en la parte didáctica, que es lo que caracteriza a mis museos en España y que además son los más visitados, no solo por las piezas que allí se exponen, sino precisamente por el aspecto didáctico”, explicó.
Los museos de Blanco Fadol en Murcia y Alicante (España), albergan más de 3.000 instrumentos étnicos de 150 países y son visitados anualmente por miles de personas, en su mayoría escolares, liceales y docentes, quienes tienen la posibilidad de participar en actividades prácticas, charlas y exposiciones, en un ámbito museísticamente diferente e interactivo. Parte de estas colecciones fue reunida por el musicólogo durante sus innumerables viajes, mientras que otras muchas piezas –algunas de varias toneladas e incluso fabricadas en oro- le fueron donadas por gobiernos de todo el mundo. Sus conferencias y conciertos en Europa atraen a multitudes, en tanto sus libros se leen en todos los rincones del mundo.
“He tenido la suerte de tener mecenas muy poderosos, que me han hecho donaciones millonarias”, añadió.
Su obra es reconocida mundialmente y le valió dos nominaciones al premio “Príncipe de Asturias”, en la última ocasión con el apoyo expreso de 30 países de los cinco continentes. Recientemente editó una enciclopedia bilingüe (Instrumentos Musicales Étnicos del Mundo) y cientos de ejemplares ya fueron solicitados por embajadas de todo el planeta.
“Estoy muy contento y agradecido, porque a raíz de la candidatura al premio ‘Príncipe de Asturias’ mi obra se ha extendido como reguero de pólvora por todo el planeta”.
Un sueño hecho realidad
Luego de varios años de negociaciones y contratiempos, la primera etapa de instalación del Museo de la Música en Paysandú finalmente se completará durante los primeros meses del año que viene. Se trata de un proyecto largamente anhelado por el musicólogo y que cuenta además con el aporte de la UNESCO. Tendrá características similares a los ejecutados en España y será totalmente interactivo.
“Vamos a hacer un museo espectacular”, auguró Blanco Fadol, mientras extraía varios planos de su bolso de viaje. Aunque muy básicos, los croquis ofrecen una idea de cómo se distribuirán los espacios y las características que tendrán las vitrinas. Asimismo, al igual que los museos españoles, el recinto sanducero contará con pantallas interactivas para que los visitantes puedan obtener información sobre los instrumentos y conocer su sonido.
Las piezas que se exhibirán en Paysandú representan un porcentaje de su colección (aproximadamente 400 piezas) y la totalidad de los más de cien instrumentos inventados por el sanducero, incluida una noria gigante de 2.000 kilos capaz de producir música con el agua de la lluvia. También regresarán a nuestra ciudad todos los instrumentos donados al musicólogo por Aníbal Sampayo, ferviente admirador de su trabajo.
“El museo será espectacular. Nos falta algo de espacio, pero espero que con el tiempo podamos ganar un poco más. Lo que vamos a traer a Paysandú es de tal envergadura cultural, que no va a existir otro igual en ninguna parte de América, ni de Estados Unidos. No encontrarás en ninguna parte del mundo un museo que tenga tanta actividad cultural y didáctica. Además será un homenaje a todos los músicos de esta tierra, que han aportado tantas cosas”, subrayó.
El museo también tendrá un gran poder multiplicador, ya que está prevista la instalación de talleres donde se enseñará la técnica de fabricación de los instrumentos que allí se exhibirán. Carlos Blanco Fadol no es un musicólogo formado en aulas universitarias, sino una persona que además conoce al detalle el proceso de fabricación y la técnica de ejecución de cada pieza. En vez de buscar información en libros o enciclopedias, optó por viajar a cada rincón del planeta e involucrarse íntimamente con cada expresión cultural. No solamente aprendió a fabricar instrumentos, sino también a descubrir qué secretos subyacen detrás de cada sonido, de cada material. Ejecuta todos los instrumentos concebidos por el hombre y además inventó más de cien.
“Cuando venga toda esta obra será un éxito que va a trascender Paysandú”, aseguró.
Embajador de la música
En Europa, Asia o cualquier parte del mundo, participar en un concierto o conferencia de Blanco Fadol, representa una experiencia sobrecogedora. Valiéndose de un sencillo instrumento musical que distribuye entre todos los presentes y utilizando un sistema numérico, el musicólogo es capaz –luego de una breve explicación- de hacer tocar a miles de personas en simultáneo.
“En la ‘Casa de las Américas de Madrid’, que es una de las instituciones más prestigiosas de España y donde se presentó mi enciclopedia, hice tocar a varios embajadores y fue realmente increíble. Solamente hace falta un minuto de explicación para que la gente se integre totalmente, tocando lo que sea, desde música clásica hasta folclórica”, afirmó e insistió en que los conciertos colectivos crean en jóvenes y niños “un sentimiento de cooperación” y “ayuda mutua”. “Uno solo no puede hacer música si no cuenta con los demás”, subrayó.
Recientemente fue convocado para formar parte de la Marcha Mundial por la Paz que recorre todo el mundo y que en los próximos meses llegará a Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Asimismo, los embajadores de Israel y Palestina en España, manifestaron su apoyo a la iniciativa del sanducero de viajar a Jerusalén y reunir a cientos de jóvenes palestinos e israelíes para interpretar juntos el “Himno a la Alegría” de Ludwig von Beethoven.
“Lo voy a hacer. Además es una forma de poner mi grano de arena por la paz”, afirmó.
Blanco Fadol regresará a Paysandú en marzo de 2010 para seguir adelante con el proyecto del Museo de la Música y recorrer varias escuelas rurales. Tiene muchos planes, incluso el de brindar talleres de fabricación de instrumentos para propiciar la creación de una marca artesanal sanducera.
“He tenido un padre y una madre maravillosos, ejemplares, que me han inculcado los valores más puros y honestos en cuanto a convivencia y relación humana. Yo me he formado en esta tierra, esta tierra me ha dado mis primeras raíces, en las cuales he aferrado mis conocimientos y mi amor por la música. Entonces yo creo necesario devolverle a esta tierra lo que me ha dado”, añadió el musicólogo y aportó uno de sus pensamientos, que además formará parte de su próximo libro: “La música nace en el límite mismo del fracaso de la palabra”.
Los museos de Blanco Fadol en España pueden visitarse virtualmente a través de las páginas www.museomusicaetnica.com y museomusicabarranda.com. Además, hay varios videos disponibles en Youtube.com.
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