Locales | 06 Nov
La frescura y ocurrencia de los pequeños provocan sorpresa entre los mayores, quienes ante ciertos comentarios de quienes visten túnica blanca y moña azul pueden quedar sin respuestas. Este es el caso de un alumno de la escuela 84 de Molles Grande.
Cierto día, Fernando Rodríguez – un pequeño de cuatro años – observando fija y detenidamente un cuadro de José Artigas en una pared del salón comedor y mientras esperaba que lo vinieran a buscar, le comenta a su maestra: “mire señorita, Artigas está bien de pinta esperando por el Copay”.a
Si bien alguno de sus compañeritos volteó la cabeza para mirar nuevamente la imagen del prócer, por si éste llegaba a cobrar vida, el resto solo atinó a reír y la anécdota cobra vida frecuentemente cuando alguien se acuerda y dice… “¿te acordás Fernando cuando Artigas casi se va en el Copay?”