MAS AHORRO Y COMODIDAD

Locales | 05 Nov Con el nuevo equipamiento que recibió el Hospital Escuela del Litoral para la atención de pacientes con problemas de audición -un audiómetro y un impedanciómetro- y los médicos y licenciadas que conforman “el equipo humano imprescindible”, los pacientes podrán tener los resultados de sus análisis en pocas horas y los médicos realizar su labor con mayor precisón, mientras que paralelamente la administración del hospital podrá ahorrar el costo de envío de esos pacientes a realizarse el análisis en la mutualista o hasta en Montevideo, según dijeron a EL TELEGRAFO la directora del HEL, Salomé Wolman, y la directora administrativa, Alejandra De Agostini.
Para tener el equipamiento completo, solamente falta un aparato para la “detección de potenciales evocados”, que trabaja sobre el nervio auditivo y hay uno ya instalado en el Hospital Pereira Rossell. Este equipo vendría por medio de ASSE, ya que tiene un costo de unos 25.000 dólares, y excede las posibilidades de recaudación financiera de la Comisión de apoyo del HEL.
UN GRAN AVANCE
Para los pacientes es “un gran avance”, ya que con el equipamiento de análisis auditivo, “el usuario recibe una mejor calidad en el servicio, porque no se tiene que mover del hospital, lo sigue viendo el médico, por lo que se toman las medidas necesarias más rápido”, dijo Wolman.
Antes el sistema preveía que el otorrinolaringólogo solicitara el examen, fuera aprobado por la dirección y por administración el gasto se hiciera en un servicio privado cuando dispusiera de fecha, volviera el examen y se pidiera nueva orden para el especialista, todo lo cual podía insumir una demora de entre 15 y 45 días, en tanto ahora puede hacerse en el mismo día y sin salir del nosocomio.
Cuando debía viajarse a Montevideo, además, se sumaba la molestia del paciente de tener que ir a la capital junto a un familiar, y los costos agregados de pasajes y hasta la estadía. Asimismo, serán importantes las economías que podrá hacer la administración del hospital sanducero, desde que “tanto las audiometrías como las impedanciometrías se compraban afuera”. Una impedanciometría, que demora un minuto por reloj en hacerse, tiene un costo de $ 2.500, y un audiograma $ 500. Los equipos que se están integrando se reciben en base a un relevamiento de las necesidades que realizó el doctor Raúl Mannise en 2005.
CINCO TÉCNICOS
Más allá del equipamiento técnológico que recibió el hospital y que cubre necesidades importantes, la doctora Wolman destacó que “este equipo de otorrino funciona así porque el nivel humano lo permite. Por más equipo que hubiera, se necesita un equipo humano que vaya adelante, como éste”. Dos fonoaudiólogas, Virna Capurro y Viviana Cobo, junto a tres otorrinolaringólogos, María Jesús Pucce, Giovanni Pessenti y Alberto Rodríguez Verde, son los responsables del programa que se aplica en el HEL, cuya labor fue reiteradamente destacada por Wolman y de Agostini.
“Desde el año pasado, y gracias al compromiso funcional, este servicio tiene la guardia retén, por lo que cuando se necesita siempre hay un médico en el hospital”, explicó Wolman. También manifestó que “ahora en policlínica de urgencia hay demanda satisfecha de estos especialistas, que en un máximo de 72 horas el paciente es atendido”.El trabajo quirúrgico de los otorrinolaringólogos “mejoró mucho desde que con el crédito italiano se envió el microscopio de alta resolución quirúrgica, que también puede ser utilizado por neurocirugía” y que está ya instalado en el block quirúrgico, precisó.
Este servicio también se cumple en el hospital de Guichón, donde concurren los médicos mensualmente, evitando el traslado de los pacientes hasta Paysandú.
INVERSIÓN DE $ 260.000
Todo este trabajo está enmarcado también en el “Programa de detección de la hipoacusia congénita”, que se realiza a los recién nacidos para saber precozmente si tienen algún pro blema auditivo. De esta manera al equipo enviado por ASSE, se suman los aparatos adquiridos por la Comisión de Apoyo del hospital, que son un audiómetro y un impedanciómetro, equipos que analizan el sistema auditivo en su interior.
El audiómetro costó unos $ 80.000 y el impedanciómetro $ 180.000. Con el primero de los aparatos “se mide la capacidad de audición y con el impedanciómetro se mide la dimensión del tímpano y el reflejo que tiene ante distintos estímulos sonoros”, explicó la doctora Wolman.
De acuerdo al resultado del “timpanograma” que sale impreso, se estudia el estado del tímpano para saber si es factible que el paciente utilice alguno de los modelos de audífonos existente o necesita una intervención quirúrgica.
Además, el servicio cuenta con un programa informático que permite archivar la historia clínica del paciente en forma completa, no solo con los detalles escritos por los médicos, sino también con los análisis efectuados, que quedan en formato para computadora. No obstante, la doctora Salomé Wolman subrayó que “si se logran estos resultados, es porque el equipo humano que lo desarrolla tiene una muy alta responsabilidad”,
Además, una de las aspiraciones que tiene el equipo de dirección es contar con todo el equipamiento completo para brindar este servicio a todos los usuarios de ASSE en la región, y así convertir al HEL en un centro de referencia para los usuarios de ASSE, lo que es una necesidad importante.