Paysandú, Jueves 12 de Noviembre de 2009
Policiales | 10 Nov Un paciente trabajo de investigación efectuado por efectivos de la Seccional Primera de Policía concluyó con la captura de los perpetradores de una verdadera ola de arrebatos que desde hacía semanas mantenía en vilo a la Policía. Los delincuentes, a bordo de una moto, recorrían calles y avenidas céntricas en busca de víctimas desprevenidas, a quienes despojaban de celulares y carteras. Ambos fueron procesados.
Según información extraoficial, la seguidilla de arrebatos comenzó a principios de octubre, fundamentalmente en jurisdicción de las seccionales Primera y Segunda. Uno de los primeros en ser denunciados se produjo precisamente el 1º de octubre en horas de la madrugada. Próximo a las 0.30 un hombre de 43 años, acompañado por su hija de 15, se presentó en la Seccional Segunda para denunciar que habían sido objeto de un ilícito. Según relató, caminaban rumbo al oeste por la acera sur de 18 de Julio cuando al llegar a las inmediaciones de Carlos Albo vieron pasar a dos sujetos que se desplazaban a bordo de una moto “tipo Honda 125”, de color oscuro.
Los motociclistas se detuvieron unos metros más adelante, junto al cordón. Cuando la jovencita pasó junto a ellos, el que permanecía como acompañante le arrebató un celular Alcatel de color negro y ambos se dieron rápidamente a la fuga por Carlos Albo en dirección al sur.
Más arrebatos
El 24 de octubre, próximo a las 9.30, un joven de 18 años se presentó en la Seccional Primera para denunciar que acababan de hurtarle un celular Nokia 5200 de color blanco y rojo, al que valuó en 4.000 pesos. Dijo que caminaba junto a un menor por avenida Soriano y al llegar a las inmediaciones de Cerrito un sujeto que se desplazaba a alta velocidad en moto le arrebató el celular, para darse luego a la fuga por Cerrito en dirección al norte.
El 8 de noviembre los efectivos de la Seccional Primera fueron notificados respecto a un nuevo arrebato, en esta oportunidad perpetrado en perjuicio de una mujer de 32 años que circulaba en moto por la zona de Luis Alberto de Herrera y Soriano.
La víctima relató que próximo a las 18, junto a su sobrina, de 17, se trasladó en su moto Yumbo hasta la feria ubicada en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus (“Bagashopping”). Recorrieron el lugar, miraron prendas de vestir y posteriormente se retiraron por calle Solís al oeste. Al llegar a Luis Alberto de Herrera doblaron hacia el sur y en ese momento, al mirar por el espejo, la conductora vio que una moto, proveniente del norte, se le acercaba a alta velocidad e inmediatamente se colocó a su lado. Se trataba –relató-- de dos jóvenes de entre 20 y 25 años, uno de los cuales le manoteó la cartera y trató de arrancársela, al tiempo que le gritaba “¡soltá! ¡soltá!”. Ella se resistió y les advirtió que la harían caer, pero el arrebatador extrajo un cuchillo, cortó las correas de la cartera y nuevamente ambos huyeron hacia la zona sur.
La víctima dijo a la Policía que la cartera contenía un celular Samsung C500 con cámara, productos de belleza y una billetera con documentos, tarjetas de crédito y 1.200 pesos. Describió a uno de los delincuentes como “morocho blanco”, vestido con pantalón vaquero y campera de color marrón claro. Respecto al conductor de la moto dijo que tendría unos 18 años y 1.65 metros de estatura.
Un hallazgo inesperado
Las víctimas de los arrebatos coincidían en que los delincuentes se desplazaban a bordo de una moto tipo Honda 125, pero en primera instancia no fue posible ubicarlos. Sin embargo, un procedimiento relacionado a violencia doméstica brindaría pistas que en definitiva conducirían a los ladrones motorizados.
El pasado viernes, próximo a las 6 de la mañana, una mujer de 42 años domiciliada en la zona de Grito de Asencio y Costanera Sur se comunicó con la Seccional Tercera de Policía para denunciar que su hijo de 18 años, aparentemente bajo los efectos del alcohol, intentaba ingresar a su casa por la fuerza. Los efectivos retuvieron al joven –de iniciales A.E.A.G-- y lo trasladaron a la seccional, donde al someterlo a una inspección corporal constataron que llevaba consigo cinco chips de celular, cuatro pertenecientes a Ancel y el restante a Claro. Bajo la presunción de que el hallazgo podía estar relacionado con la ola de arrebatos, los efectivos de la Tercera entregaron los chips a sus pares de la Primera, quienes inmediatamente dieron inicio a una investigación de tres días que concluiría con la captura de los arrebatadores.
Paciente investigación
Los investigadores de la Seccional Primera trabajaron intensamente reuniendo indicios y entrevistándose con víctimas de al menos cinco arrebatos. Posteriormente, citaron a la señora de 32 años a quien le arrebataron la cartera en Soriano y Luis Alberto de Herrera y le pidieron que chequeara la información contenida en uno de los chips recuperados. Al activarlo, la señora constató que era el suyo, ya que reconoció los nombres almacenados en la agenda y varios mensajes de texto que había intercambiado con su hermano.
A.E.A.G fue nuevamente interrogado por la policía y posteriormente, en colaboración con personal de la Seccional Tercera, los efectivos de la Primera allanaron una vivienda de la zona sureste, donde incautaron una moto Honda 125 de color rojo, con cubretanque de cuero negro, así como un celular Nokia 5.200 de color blanco y rojo. Asimismo, detuvieron a R.O.R.F, de 22 años, quien fue indagado en la comisaría.
El nuevo detenido dijo que habitualmente se reunía en su casa con A.E.A.G, con quien decidieron comenzar a cometer arrebatos a bordo de su moto sin matrícula. Relató que deambulaban por calles y avenidas de la ciudad en busca de víctimas y elegían a aquellas que portaban cartera o circulaban distraídas, hablando por celular o escuchando música.
Según parece, cuando cometían los delitos y para despistar a la policía, cubrían el tanque de la moto con una funda de cuero negra, pero la quitaban inmediatamente después de dar el “golpe”. De este modo, los efectivos eran notificados respecto a una moto con tanque de combustible de color negro y en principio no lograban dar con los arrebatadores. A.E.A.G ratificó lo vertido por su cómplice y dijo que comenzó a delinquir por entender que se trataba de una manera sencilla de obtener dinero. Ambos comparecieron ayer ante el juez penal de Segundo Turno y resultaron procesados con prisión como autores de tres delitos de hurto especialmente agravado, por cometerse por sorpresa, en reiteración real.
La Policía intuye que ambos están involucrados en al menos dos arrebatos más, así que continúa trabajando con los chips recuperados en procura de ubicar a sus propietarios.
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