Procesado

Policiales | 14 Nov La Justicia Penal envió nuevamente a prisión a un conocido delincuente de 35 años que se introdujo en un bar y dañó varias máquinas tragamonedas. Fue descubierto por el propietario del local y posteriormente retenido por varios particulares en la zona céntrica de la ciudad.
De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, ayer próximo a las 10 de la mañana el personal de la Seccional Segunda fue notificado respecto a un incidente que por esos momentos se registraba en un bar ubicado en las inmediaciones de Libertad y Florida. Al arribar, los efectivos se entrevistaron con el propietario, quien relató que momentos antes sorprendió a un desconocido que intentaba hurtar dinero y mercadería desde su local. Según relató, el bar permanece generalmente abierto hasta las seis de la madrugada, así que todos los días –próximo a las 9-- regresa para abrirle la puerta a la señora que se ocupa de la limpieza.
En esta oportunidad, mientras abría la puerta, notó daños en una de las máquinas tragamonedas, pero al ingresar constató que todas estaban en las mismas condiciones. En ese momento escuchó ruidos en la puerta orientada hacia calle Florida y al acercarse vio a un desconocido que, llevando lo que parecía ser una bolsa con monedas, intentaba infructuosamente doblar la abertura con intenciones de huir. Se trabó en lucha con el intruso y le propinó un puntapié, dejándolo semi inconsciente. Sin embargo, mientras se comunicaba con la Policía, el sujeto se reincorporó y lo atacó nuevamente, rompiéndole una cadena de oro, cuyo medallón –del mismo metal-- no logró recuperar.
El sujeto, seguido de cerca por dos vecinos del bar, huyó en dirección al sur por Libertad y tomó al Este por 18 de Julio, donde fue interceptado por sus perseguidores. Se desacató una vez más pero fue finalmente reducido y posteriormente entregado a los efectivos de la Seccional Segunda, quienes lo identificaron como Horacio Javier Crujeira Caballero, conocido delincuente y poseedor de 10 antecedentes penales.
Temeraria maniobra
Según parece, esa noche, el propietario del bar delegó el cuidado del local a una mujer. Mientras desarrollaba su tarea, la encargada vio en varias oportunidades a Crujeira deambulando por los alrededores. La Policía intuye que el delincuente buscó la forma de introducirse en el bar y mantenerse oculto hasta que la mujer, próximo a las seis, cerró y se retiró a su domicilio. En ese momento Crujeira abandonó su escondite y se dirigió hasta las máquinas tragamonedas. Dañó los depósitos de monedas (solo admiten de 10 pesos) y obtuvo unos 7.600, en tanto desde los estantes recolectó varios paquetes de cigarrillos y encendedores nuevos. Sin embargo, no imaginaba que en ese instante el propietario regresaría para abrirle la puerta a la limpiadora. Así que al escuchar ruidos en la puerta principal intentó huir por una entrada lateral, pero resultó imposible, ya que estaba asegurada con dos candados. El damnificado lo descubrió y luego de aplicarle un golpe lo despojó del botín, pero tras reincorporarse logró escapar hacia la zona de 18 de Julio.
En la comisaría Crujerira negó estar involucrado y se mantuvo en esa tesitura hasta que finalmente, tras ser reconocido por varios testigos, fue conducido ante la Justicia en cuya órbita resultó procesado con prisión por hurto en grado de tentativa. Se trata de un viejo conocido de la Policía, poseedor de diez antecedentes penales por delitos como hurto, rapiña y lesiones personales.