Paysandú, Lunes 16 de Noviembre de 2009

Escribe el doctor Rodolfo Canabal

Controles indispensables para lograr el funcionamiento óptimo de las dependencias públicas  

Locales | 10 Nov Es desfavorable el concepto que en general la colectividad tiene con relación al funcionamiento de las muy numerosos oficinas que dependen de la administración pública nacional, o más precisamente, de las muy diversas y numerosas administraciones públicas, si se tiene en cuenta que, orgánicamente, dependen de muy diversos organismos, estatales o paraestatales.
Se considera, en general, que tales dependencias, muchas de  las cuales han sido creadas para dar cumplimiento a importantes funciones que son, paralelamente, deberes que corresponde cumplir para satisfacer  necesidades de los ciudadanos, no siempre atienden  cabalmente las solicitudes y gestiones que ante ellas se realizan, por motivos y causas  diversas. No es infrecuente que el público no sea atendido con presteza y con la más atenta dedicación, y que los trámites que tal atención requiere sean realizados sin demoras innecesarias.
Una muy larga actividad profesional en la cual, ciertamente, la tramitación ante las administraciones públicas fue amplia y frecuente, permite a quien escribe afirmar que si bien prevalece en general un concepto desfavorable hacia las oficinas públicas, las hay muy buenas, las hay buenas, pero obviamente también las que no lo son;  vale decir:  lo realmente justo es expresar que  no todas las dependencias públicas merecen desfavorable o negativa calificación.
Tal experiencia, además, habilita a afirmar que una causa que incide de modo desfavorable en la forma de actuar de muchas dependencias es que, inexplicablemente, no siempre quienes están a su frente, en ejercicio de funciones directivas, dirigen su atención al análisis de la forma en que se desenvuelve el progreso del trámite administrativo para  impartir instrucciones  tendientes a  corregir las fallas que puedan afectarlo (a veces, inexplicablemente, desde mucho tiempo atrás);  sería importante por tanto que tal control se generalizara,  pues  corregiría  muchas fallas, errores, y hasta extrañas rutinas existentes.
Se formula tal afirmación con  importantes apoyos. Un ejemplo entre muchos  es el que sigue:  años atrás, quien ejerció, en el entonces  Ministerio de Ganadería y Agricultura, funciones de dirección en tres importantes dependencias, al analizar con prolijidad los diversos pasos del trámite para determinar cuáles eran indispensables, impartió precisas instrucciones que, en todos los casos, tuvieron el efecto de reducir en no menos de dos terceras partes los pasos internos de los expedientes, y paralelamente el tiempo que insumían hasta su culminación. Ello permite afirmar que tal control y vigilancia, y la formulación de  las instrucciones pertinentes, son tareas en verdad  indispensables.
 A lo expuesto corresponde agregar que si se consigue generalizar la preocupación por lograr más eficacia en el funcionamiento administrativo, las dependencias  públicas  podrían tener un excelente funcionamiento, como, verbigracia, se daba en ese mismo ministerio con el entonces “Servicio Oficial de Distribución de Semillas”, dependencia que tenía, entre sus cometidos, producir, certificar e importar semillas y otros productos indispensables, también el de producir raciones avícolas balanceadas y poner a disposición de muchos productores maquinaria apta para las tareas agrícolas. Sus adquisiciones se efectuaban normalmente por la vía de la licitación pública, bajo el control del Tribunal de Cuentas, y  los pagos de sus compras, sin excepciones, se hacían, siempre,  exactamente dentro de los plazos al efecto acordados, algo que permitía lograr cotizaciones muy convenientes en todas sus compras en plaza, hasta un veinte por ciento más bajas que las que debían realizar otras administraciones públicas por iguales productos. Es justo expresar la gravitación que al respecto tuvo entonces su director, el Ing. Agr. Julio E. de Urtubey, quien formó y dirigió excelente equipo que contribuyó eficazmente en la muy buena gestión de dicha dependencia.
 Es por tanto posible lograr que las administraciones públicas alcancen óptimos niveles de eficacia y de agilidad en la prestación de sus servicios. Para  ello es indispensable el control y la intervención sin pausas de quienes, al frente de las respectivas  unidades, integren los equipos que realizan las funciones de dirección  y control. Escrito lo anterior trascendió, no obstante,  según el diario El País, que por asesoramiento de la OPP cambió el sistema para legalizar documentos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, lo cual alargó mucho el tiempo que tal trámite insume. Obtenida la información pertinente al respecto se informarán y analizarán en esta columna las razones invocadas para adoptar tal disposición.     


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