Paysandú, Martes 17 de Noviembre de 2009
Locales | 15 Nov Ha pasado la instancia del 25/10/09. El soberano se ha expresado y hay que acatarlo. Esto no quiere decir que su expresión sea la correcta. Los pueblos también se equivocan. Alemania por ejemplo, y todavía hay tiempo para enmendar el error.
No solo existe la posibilidad de que un tupamaro sea presidente, sino que la rama de izquierda más ortodoxa dominante en la interna del FA contaría con mayorías parlamentarias de mano “enyesada” y Mujica no es Vázquez. Esto es extremadamente peligroso para el ejercicio democrático y para mantener los valores básicos de nuestra sociedad.
Las nuevas generaciones no han sufrido los embates de los totalitarismos y aparentemente no se han preocupado por saber la realidad histórica, embarcadas en “devorar” el hoy sin pensar mucho en el mañana. Con dolor leo en vuestro diario 27/10/09 que dentro del PN ha trascendido que su baja votación se debería a que algunos votantes de AN habrían votado al FA, de lo que también se jacta Mujica. ¿Qué está pasando?
Es que estos y otros ciudadanos no se dan cuenta: 1) que el programa de gobierno del FA aprobado en su congreso es la expresión de esa izquierda radical ya perimida en el mundo entero, pero mayoritaria en el nuevo parlamento, 2) que la lucha de clases “ya fue”, 3) que sin un empresariado privado arriesgado, incentivado y pujante que cree puestos de trabajo genuinos no hay bienestar obrero a largo plazo, 4) que no reconocer la propiedad privada quita incentivos a la superación, 5) que los corporativismos son “miopes”, 6) que los monopolios públicos o privados encarecen los productos, 7) que el Estado tiene que actuar en sus deberes básicos, en el resto solo si es imprescindible y no ser empresario, 8) que el populismo, asistencialismo sin contrapartida e imcumplimiento legal traen la anarquía y la inseguridad, no la libertad. Quedan menos de 30 días, hay que pensar mejor el voto, de otra manera el futuro será muy oscuro. En esta elección se juegan mucho más que cinco años. Cuánto ha cambiado nuestro bendito país.
C.I. 2.837.857-0.
LA VOZ DEL PÚBLICO
Bordaberry ¿es colorado?
Cuando oí a Pedro Bordaberry, con mucha premura, sin consultar a sus votantes, ofrecerse y ofrecer a otros el apoyo incondicional al Partido Nacional, pensé: este señor no conoce la historia de Artigas, cuando dio órdenes a sus diputados, allá por 1813, que se debía acatar la nueva Constitución argentina por pacto y no por obediencia (o será que él ya había pactado, antes de las elecciones, sin consultar a sus seguidores, sin que estos supieran que para él ser colorado o blanco da lo mismo).
Seguramente a sus antepasados colorados jamás se les hubiera ocurrido plegarse a los blancos, no se parecen en nada, los colorados son pueblo y los blancos elitistas.
¿Ven a estos grandes hombres, codo con codo con el Dr. Lacalle, al que uno oye hablar y se imagina que el Uruguay es Punta del Este, que casi todos en este país son rubios y ricos y los demás atorrantes?
Conozco a los colorados, mi padre lo era, yo crecí escuchando hablar de sus líderes en nuetra mesa, se hablaba con orgullo de sus ideas, y se habla con orgullo de ellas, enseñamos en las escuelas sus logros, fueron los impulsores de casi todas las cosas admirables de este país: el sufragio universal, la libertad religiosa, las críticas al latifundio, las leyes para mejorar la vida del trabajador, de las mujeres y de los viejos. ¿Es Bordaberry heredero de estos hombres?
¡Qué desilusión para esos colorados que sintieron que era hora de volver al partido, de volver a sus raíces, a su casa! Se encontraron que la casa se alquila al mejor postor, que no es un lugar seguro. Si ahora los quieren obligar a votar a los blancos ¿por qué no se lo dijeron de entrada? ¿Para qué los hicieron creer que eran diferentes, que tenían un plan de gobierno propio, y no uno que se podía dejar de lado si los acomodos así lo requerían?
Bordaberry no conoce ni la historia ni a los uruguayos; nunca nadie nos dijo qué tenemos que hacer ni qué pensar; sabemos muy bien lo que queremos, lo hemos demostrado mil veces, nadie nos atropella ni nos arrea, así que seguramente tendremos en cuenta su opinión como la de un ciudadano más, pero no más que eso, seguramente llegado el momento veremos a quién nos parecemos más y en consecuencia votaremos... Y usted, señor, la próxima vez avísenos con tiempo que de los acomodos se encarga usted. Una ciudadana
RECIBIMOS Y POBLICAMOS
A los amigos electores: El próximo domingo 29 se llevará a cabo el balotaje, o sea “la segunda vuelta” para elegir un nuevo presidente para nuestro país, cuyos candidatos son el Dr. Lacalle y el Sr. Mujica. Del resultado de ese comicio electoral, uno de ellos saldrá triunfador, es decir, será quien regirá el destino del pueblo uruguayo durante los próximos cuatro años.
Nosotras --porque hablaré en nombre mío y de todas mis compañeras-- vamos a estar presente en todas las mesas de votación, aguardando el resultado; pero permaneciendo de “bocas cerradas” mientras dure el acto eleccionario. Dicho en otras palabras, durante ese día no hablaremos ni opinaremos nada hasta tanto no finalice dicho acto. Luego, en presencia de los integrantes de mesa y delegados, daremos a conocer con mis compañeras en toda la República la decisión que ha tomado el pueblo uruguayo, ya sea por uno u otro candidato. Pero nosotras seremos imparciales. Por ese motivo es que hoy nos dirigimos a ustedes, queridos electores, para decirles dos palabras.
Les pediremos que antes de depositar su voto, reflexionen detenidamente y, si se encuentran indecisos, consúltenlo con la almohada para ver qué les dicta la conciencia, es decir, no se dejen llevar por pasiones exacerbadas ni por los “cantos de sirena” (entiéndase publicidad desmedida), para que después no haya arrepentimientos y puedan decir con orgullo --aunque su candidato preferido no haya salido triunfador--: “Yo sí lo voté”. Porque no se trata de ir y votar (solo por el hecho de que le sellen la credencial) sin haberlo recapacitado antes, y luego si el candidato elegido no colma sus expectativas, salir diciendo: “Yo no lo voté”.
Como ya lo sabrán, uno de los candidatos (Dr. Lacalle) ya nos gobernó antes allá por la década del 90. Tal vez lo haya hecho --como todo ser humano-- con sus aciertos y errores, conformando a unos y defraudando a otros, como generalmente sucede en todos los que gobiernan un país. Porque como dijera León Tolstoi: “Es más fácil hacer leyes que gobernar”. El otro candidato a la Presidencia (Sr. Mujica) nunca ha sido gobierno --he ahí la incógnita--. Además tiene un pasado por el cual algunos lo detractan y otros lo ensalzan e idolatran, por su militancia como guerrillero perteneciente al MLN (Tupamaros), el cual se levantara en armas contra la misma sociedad uruguaya allá por la década del 70. Y esta sociedad es la cual el señor Mujica hoy pretende gobernar. No diremos que no esté capacitado para hacerlo, pues por algo este bendito pueblo uruguayo lo ha llevado al sitial que hoy ocupa.
Y ya aprovechamos para decirles a los señores candidatos --cualquiera sea el triunfador-- que jamás se aparten de lo que reza nuestra Constitución y que cumplan con todo lo prometido anteriormente en las campañas preelectorales. Porque no es cuestión de prometer “quimeras” con el propósito de captar votos y luego, cuando se es gobierno, “si te he visto no me acuerdo”.
Y por último, amigos electores: sea quien sea el que salga triunfador en ese día, que el próximo lunes 30 de noviembre, o sea al otro día del acto eleccionario, el país no se halle dividido por resquemores políticos sino todo lo contrario: ¡que se halle más unido que nunca! Que el vecino cuyo candidato ha resultado perdedor salude y felicite a su vecino cuyo candidato ha salido triunfante. Y que en la oficina o en cualquier otro lugar de trabajo, ganadores y perdedores se saluden y den la mano amigablemente, ya que entre ustedes (los electores) no habrá vencidos ni vencedores sino que simplemente habrá sido un triunfo de la democracia uruguaya.
Y, por último, nosotras las urnas, nos iremos tranquilas a continuar nuestro apacible sueño hasta el próximo año, en que volveremos a encontrarnos para que ustedes nuevamente, en un clima de paz y concordia, elijan a su Intendente departamental.
Y al marcharnos, lo haremos con la conciencia límpida de haber cumplido con la misión que la Constitución nos enmienda. Luis Hidalgo
LA VOZ DEL PÚBLICO
Quiero empezar a escribir lo que siento y nunca me gustó escuchar de los políticos; todos hablan del boom de la soja y la forestación, temas así para distraer a otros productores de problemas mayores. Yo me pregunto ¿por qué los políticos, que cuando no estaban en el gobierno e iban subiendo a la presidencia, no hicieron lo que hoy critican? Y los señores que hoy están en el gobierno ¿no cumplen con lo que prometieron antes de asumir y dan luz verde al aumento de la forestación, olvidando lo prometido? Terminen este triste chusmerío de criticarse los unos a los otros, todos quieren prenderse de la “teta” del gobierno a costa de lo que sea. ¿Por qué será?
Los productores son los que hoy lamentablemente venden sus tierras por valores que son buenos, en comparación con los que históricamente se manejaban, pero una hectárea de campo en Europa vale U$S 35.000; pues que la paguen en Uruguay a U$S 35.000.
Soy una productora que junto a mi esposo (hoy fallecido) fuimos rehenes de la tierra, yo hipotequé mi juventud y él su vida. Con 42 años en el quehacer rural y con gran dolor veo cómo los productores venden sus tierras a los españoles, portugueses, finlandeses, etcétera, con el amén del gobierno. Como antaño lo hicieron nuestros ingenuos Charrúas, que por espejitos de colores fueron despojados de sus tierras y los inteligentes productores del siglo XXI lo son por papel verde. Con las plantaciones de eucaliptos nos están dejando sin pasto para nuestras vacas y ovejas. “Viva la forestación”.
Los productores se ven enceguecidos por los valores que le dieron estos usurpadores, que por segunda vez vienen a hacer la “América” con nuestra tierra. (Soy descendiente directa de italianos). La forestación terminará con la ganadería, nuestro rubro de mayor ingreso económico.
¡Cierren los ojos e imaginen el Norte del río Negro, todo forestado! ¿Dónde ponemos las vacas y las ovejas, que es la producción del Uruguay?, ¿dónde? Los del gobierno se llenan la boca con las exportaciones de carne vacuna, ovina, cueros, subproductos, etcétera. ¿Quién va a criar corderos y terneros con las plagas que acarrea la forestación, jabalíes, zorros, virus de la rabia (camina 40 kilómetros por año) y enfermedades. ¿Quién hace algo por controlar el desarrollo creciente de estas plagas?
Tenemos en nuestro departamento uno de los lugares más privilegiados del Uruguay, las costas del río Queguay Grande, pasturas naturales, agua sin contaminar, montes vírgenes, riqueza ictícola y lamentablemente los extranjeros por míseros billetes, han avanzado sobre la misma, comprando en la margen superior del río, sobre la 9ª Seccional Policial, una gran cantidad de hectáreas y, entre ellas, tierras de nuestro Instituto Nacional de Colonización.
Tenemos el petróleo del mañana donde cada eucalipto plantado nos está robando 30 litros de agua por día: ¿les parece justo que cada eucalipto consuma esa cantidad de litros de agua por día de nuestro acuífero, enriqueciendo a los extranjeros y a los ideólogos de la ley? En 800.000 hectáreas forestadas, saquen la cuenta. ¿Qué vamos a comer o exportar en el futuro? ¿Hojarasca, chipeado, “bon appetit”?, adiós Uruguay Natural, Viva la Forestación Natural.
Qué suerte que la crisis mundial nos ha dado un respiro, tal vez recapacitemos y dirijamos el barco de nuestro país por un buen destino. Todos los patriotas uruguayos defendamos nuestro acuífero, nuestra tierra y nuestra producción tradicional. Una colona acorralada
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