Opinion | 15 Nov El acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, se encuentra en un área de alrededor de 1.190.000 kilómetros cuadrados (superficie mayor que las de España, Francia y Portugal juntas) por lo que también en un momento se lo denominó “el Acuífero Gigante del Mercosur”.
En los últimos años y gracias al trabajo de científicos de los países bajo los cuales se encuentra este inmenso volumen de agua, ha comenzado a conocerse un poco más.
La primera etapa del proyecto de estudio del Sistema Acuífero Guaraní y su sustentabilidad fue de cinco años --en los que fue mapeado y analizado-- para los cuatro países del Mercosur. Contaba con el apoyo financiero del Fondo Global de Medio Ambiente, proveniente del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Pero el cronograma de financiamiento concluyó en enero de este año.
La segunda fase del proyecto para el desarrollo sostenible del acuífero no se ha iniciado por falta de fondos. Consultada por El País, la directora de Medio Ambiente de la Cancillería uruguaya, Susana Rivero, dijo que los cuatro países acordaron continuar con las investigaciones con presupuestos propios pero que ni Uruguay ni Paraguay tienen aún un presupuesto asignado para ello.
Por su parte, Danilo Antón, un consultor independiente que trabajó en el proyecto, advirtió sobre la necesidad de ahondar en los estudios, dijo haber percibido falta de voluntad política de hacerlo por parte de Argentina y no descartó que el actual conflicto con Uruguay por la planta de celulosa de Botnia haya pesado a la hora de tomar la decisión de discontinuar el proyecto.
Si esto fuera así, estaríamos ante una desinteligencia absoluta. Integramos un grupo de cuatro países -Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-- privilegiados por la Naturaleza. En conjunto somos poseedores de la mayor reserva de agua dulce del mundo. El agua es un bien cada vez más escaso en el planeta y es parte de nuestra responsabilidad cuidarla y protegerla. Hacer pesar cuestiones como la que se dilucida en La Haya a la hora de resolver sobre la continuidad de estudios de sustentabilidad del “Gigante del Mercosur” sería entrar en un juego muy mezquino y peligroso. Por otra parte, todos los países --incluido Uruguay-- deberían cumplir con los compromisos económicos correspondientes para asegurar que los estudios de sustentabilidad se continúen y sus recomendaciones sean llevadas a la práctica.