Paysandú, Viernes 20 de Noviembre de 2009
Nacionales | 14 Nov Final de la cuestión
De los arrepentidos se vale Dios, dice el dicho. Y bien le aplica al Partido Nacional. Es que Luis Alberto Lacalle decidió retirar el caso Feldman de la campaña electoral, seguramente motivado por los malos resultados obtenidos con la estrategia. Consigna “La República” que el candidato presidencial nacionalista anunció ahora una campaña “positiva” y “sin zancadillas”.
Lacalle intenta reencauzar la campaña, quitando de la mesa el caso Feldman y retomando temas como seguridad y empleo juvenil, entre otros. Es más, dijo que está “empeñado en que no dar ni un tranco de pollo atrás en ninguna medida social”.
Evitando señalar si estaba arrepentido o no de los spots publicitarios, Lacalle terminó por admitir que decidió bajarle la cortina al asunto: “Creo que es un tema terminado. Le tenemos que poner punto final. Está en manos de la Justicia, porque la parte política ya se cumplió”. Insistió en líneas conciliadoras. “Vamos a hacer de esto una competencia de soluciones positivas y no de zancadillas”, dijo.
Reproches internos
El manejo del caso Feldman que hizo el comando de campaña nacionalista también generó dificultades en la interna, especialmente entre varios dirigentes allegados a Jorge Larrañaga. El senador Eber da Rosa fue uno de los más molestos y dijo a “El País” que él no se hubiera “metido en el baile de los spots publicitarios”, pues entiende que el tema debería haber seguido “por las vías judiciales o legislativas, pero sin ser protagonistas”.
Pero no es el único con esa opinión. “Yo no comparto los lineamientos de lo que fue el esquema del tratamiento del caso Feldman, no lo compartí en ningún momento, porque me parece que cuando se trata de un caso tan delicado, con un proceso judicial de por medio, para el que se tienen que manejar una cantidad de hipótesis, incluidas las filosóficas y políticas en pleno período electoral, uno cae en riesgo de que en realidad el episodio pueda verse enturbiado y ensuciado la cancha, que en definitiva fue lo que pasó”, dijo a “Últimas Noticias” la diputada Beatriz Argimón.
No obstante, el jefe de campaña del Partido Nacional, Gustavo Penadés, le quitó dramatismo a la situación. Dijo al matutino antes citado que las discrepancias “están superadas” porque “la vorágine de la campaña nos hace mirar para adelante y no tenemos tiempo”. Y sí, más vale no echar más leña al fuego.
Mickey, Donald y el enojo
Mientras tanto, en otras tiendas políticas, el caso Feldman tiene también derivaciones. Informó “La República” que el politólogo Adolfo Garcé entiende que la afirmación de Jorge Batlle sobre vinculaciones del MLN con el arsenal encontrado “no es descabellada ni necesariamente demencial. Lo tengo que decir aunque los frentistas se enojen conmigo”, añadió.
Como se imaginarán, estos comentarios generaron molestia en el Frente Amplio. El senador frenteamplista Eleuterio Fernández Huidobro calificó a Garcé como un “ser despreciable”. Afirmó que la historia del MLN es “muy compleja”, pero Garcé la redujo a “una versión del ratón Mickey y el pato Donald, totalmente superficial”.
Cuestionó la teoría de que ex militantes del MLN habrían iniciado el incendio que provocó el descubrimiento del arsenal de Feldman. “Según el inefable Garcé, que realmente es un peligro que lo dejen escribir, la gente de Zabalza, para embromarnos la vida a nosotros, fue y prendió fuego allí, o sea, puso en riesgo a todo el barrio. Lo dice él, lo está acusando, dice que es su hipótesis”, dijo el senador. “Entre lo que dice él y lo que dijo Jorge Batlle, es mucho más suave lo de Jorge Batlle”, añadió.
Pero Garcé señaló que no quiere polemizar con el legislador. “Yo trabajo como investigador y a veces digo cosas que a los políticos les gustan y otras veces no les gustan”, añadió.
Cañones y peluca
En un intento por restarle importancia a la afirmaciones de Jorge Batlle, quien vinculó al MLN con el arsenal de Feldman, las Redes Frenteamplistas hicieron una parodia y entregaron las armas: cañones de dulce de leche y crema. Además, el dirigente Julio Marenales, nombrado por Batlle, asistió con una peluca rubia –simulando ser la mujer rubia que acompañaba a Feldman-- y presentó una fotocopia de su credencial.
“Tengo cuero de rinoceronte, todo lo que han dicho no me inmuta. Vamos a dejar que esto tome su curso, por ahora lo tomamos con humor, esperamos que no haya hechos más graves”, dijo Marenales, quien reiteró el pedido de peritaje psiquiátrico para el ex presidente y aseguró que después del balotaje tomará una decisión sobre la acusación del colorado.
Muchos de los asistentes fueron disfrazados con gorras militares, cascos de guerra o pañuelos al estilo pirata. Y fueron depositando al pie del monumento a la libertad de la Plaza Cagancha masitas de todas las clases, un dibujo de Miguelito (personaje de Quino), un paquete de cubanitos, pistolas de agua y libros de Karl y Groucho Marx, entre otras cosas.
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