Locales | 25 Nov Me dirijo a todos los lectores con mucha preocupación y mucho, mucho miedo. Por lo que está pasando y lo peor por venir en nuestro Uruguay. Vamos llegando al final del un gobierno frenteamplista arrastrándonos y con el “agua al cuello”, un gobierno que en vez de dar trabajo para que se ganen el pan, ha “amamantado” y beneficiado con canastas alimenticias, Mides, Panes, etcétera a miles de atorrantes metiéndole la mano en el bolsillo al que trabaja, cobrando impuestos y más impuestos a todo. Donde no tenemos seguridad en la calle, ni en nuestras propias casas. Vivimos entre rejas, los “maleantes” andan sueltos e igual somos víctimas de asaltos, atropellos, como también nos matan.
Yo no puedo creer que los uruguayos tengan “diarrea cerebral” y aclamen a este tupamaro como futuro presidente de los uruguayos. En la década del ‘70 se levantó en armas contra el gobierno de turno y según las declaraciones de la “señora Topolansky”, siguen con la mismas ideas. Usarán las armas para defender sus ideas políticas.
Yo soy esposa, madre y abuela, y velo por mis hijos y nietos. Les pregunto a todas esas madres que hoy vitorean a este guerrillero: ¿qué engendraron en sus vientres? O directamente ¿qué parieron? ¿Este es el presidente que quieren para el futuro de sus hijos? Les pido a estas madres que memoricen la letra de la canción que dice: “...un clarín se oye, peligra la Patria, y al grito de guerra, los hombres se matan”. Que no tengan que guardarse las banderas del Frente Amplio y enterrar a sus hijos, porque las bombas no van a ser de chocolate y los cañones de dulce de leche. De ganar este guerrillero, todos los que lo votaron deben depositar la bandera uruguaya al pie del Monumento a Artigas, porque han traicionado a nuestro Prócer, han puesto su querido Uruguay en las “garras” de un guerrillero.
El Himno Nacional, cantado el miércoles 18 del corriente mes en el Estadio Centenario (aunque cambiara la música), nos puso “la piel de gallina” y corrieron lágrimas por nuestras mejillas. No hay quien iguale nuestro Himno, nuestro Pabellón Nacional, nuestra tierra uruguaya. ¡Salvemos nuestra Patria, uruguayos! y digámosle a Artigas: “¡Aquí está tu pueblo uruguayo, libre, sin miedo, sin sobresaltos, sin armas!”
Digámosle “no” a los guerrilleros, a los tupamaros soberbios, ambiciosos de poder. Que el 29 de noviembre Dios y la Virgen de los 33 Orientales nos iluminen y ante ella se inclinen las banderas de Nuestra Patria.
Dora Beatriz Pérez
de Paradizo