Locales | 25 Nov Uruguay: ¿usted es clase media?
Esta estrofa de el poema “Clase media” atribuido a Mario Benedetti,   se ve reflejada claramente la decadencia de la clase media rioplatense: “Clase media/ medio rica/ medio culta/ entre lo que cree ser y lo que es/ media una distancia/ medio grande”. La marcada frontera que separaba la clase media de la exclusión y de los pobres se está derrumbando, está en franca desaparición: los ricos son menos y una masa indefinida de desclasados que de hecho contiene todas las categorías, con excepción de los pobres que son cada vez mas, están emergiendo como una nueva dimensión social.
¿Usted es clase media? Tal vez sienta que si, solo que la realidad le demuestra lo contrario: ha relegado con los años un montón de cosas en pos de llegar a fin de mes. Compramos lo mas barato, comemos comida chatarra, cada ves que llegan las cuentas temblamos, la heladera esta casi siempre vacía, consumimos los cortes de carne más baratos, la ropa nueva la vemos en la vidriera. Tener un traje con chaleco hoy es tan caro como lo era un Esmoquin ayer; tomarse un café en la calle o leer el diario seguido es un lujo; ser jubilado una desgracia y enfermarse otra. Muchas cosas que eran básicas hoy nos sorprenden con precios fuera de toda posibilidad.
¿Qué pasó? Sin dudas la clase política que no supo, no quiso o no le sirvió dimensionar el Estado de acuerdo a las posibilidades que tiene el país y su gente. Formalizar la economía cuado la presión fiscal es desmesurada, es condenar a la población a descender las “escaleras sociales”, aumentando la masa crítica de pobres de bolsillo, aunque todavía se sientan de clase media.
Así llegamos hasta acá: la mitad de los uruguayos vive del Estado, la otra mitad que lo padece, se apretó tanto el cinturón para pagar el alto costo de la legalidad (impuestos, tarifas, combustibles, etcétera) que consume lo básico, dejando un tendal de gente “changueando” o sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo y a otros hurgando los recipientes de basura.
Los políticos son conscientes de que la gente esta harta, por eso prometen hacer lo que pudieron haber hecho y no lo hicieron. El IRPF sumado al resto de impuestos directos indirectos e encubiertos es confiscatorio. Si bien quitárselo a los jubilados es loable, no es suficiente; disfrazarlo tampoco. La solución pasa de la mano de hacer un país viable, no un tiempo compartido donde todos somos rehenes de los administradores. Bajar el IVA ahora es más o menos como que alguien que le estuvo “tocando su bolsillo por años”, le diga que porque somos buenos ya no le “meteremos la mano”.
El país está fragmentado, el actual gobierno obtuvo la mayoría en ambas cámaras; si a esto le agregamos la presidencia, tendremos un “unicato partidario” (ref. al Nº 1) que de hecho es quien gobierna. Si eso es lo que quiere para Uruguay ya sabe a quien votar; ahora si cree que cierto equilibrio puede ser bueno entonces vote a conciencia.
Alberto Moroy