TESTIMONIOS DE LOS DAMNIFICADOS

Locales | 25 Nov Gerardo, un sanducero de la zona de calles Artigas y Paz, contó que fue sorpresivo el crecimiento del agua en su barrio, uno de los más bajos de la ciudad. “A las seis nos despertamos con el agua casi en la rodilla”, recordó, señalando que “creció de golpe, pero nos dio el tiempo para sacar las cosas. Algunas fueron a la Exposición Feria, y otros muebles quedaron en casa de un vecino”. En este caso, son cinco gurises, “que son de mi compañera, la más chica cumple cuatro mañana (por hoy), hay dos gemelos de 6 años y otros de 11 y 14 años”, explicó. Su señora está embarazada de un hijo de ambos, pero “ahora está internada, se descompensó con todo esto y le subió la presión”.
Contó que los gurises son argentinos -excepto el mayor, que es uruguayo- están tramitando la documentación uruguaya, ya que la madre es sanducera, y van a la escuela 1. Esto los tiene preocupados por las faltas que tendrán, ya que con seguridad no podrán concurrir al centro escolar.
Gerardo trabaja haciendo changas, y ahora estaba por lograr un puesto en una bodega local, aunque dadas la circunstancias no sabe qué pasará, porque “si mi señora queda internada, deberé cuidar a los niños”.