Opinion | 24 Nov Es común escuchar quejas referidas a que en algunos barrios parece haber “más perros que gente”. La apreciación, si bien no es literal, tampoco es del todo desacertada. Digámoslo de una vez: la cantidad de perros existentes en el país equivale a un tercio de su población. Y si quisiéramos seguir comparando podemos afirmar que Uruguay tiene más perros que estudiantes y casi triplica la cantidad de uruguayos residentes en el exterior.
Según los datos estadísticos del año 2006 presentados por el Ministerio de Educación y Cultura, la matrícula del sistema educativo nacional asciende a 950.000 estudiantes en sus diferentes niveles y modalidades; en tanto, de acuerdo a las últimas cifras se calcula en unos 443.000 la cantidad de uruguayos emigrados.
Una reciente encuesta de Equipos Mori, divulgada por Últimas Noticias, estima en 1.130.000 la cantidad de perros existentes en el país y señala que el 64% de los uruguayos posee uno o más perros a su cargo y ocho de cada diez considera que la castración es el método más adecuado para el control de la población canina.
El 80% los entrevistados consideró la castración como el método más eficaz para la reducción de perros a mediano y largo plazo. Según el presidente de la Comisión de Zoonosis, Ciro Ferreira, en los últimos 18 meses se castraron 70.000 perros, lo que superó ampliamente las expectativas planteadas. En esa línea de acción han trabajado la Intendencia y la Comisión de Zoonosis, con apoyo de particulares y el Hospital Escuela del Litoral, fijándose una meta de 1.500 perros castrados para este año. La tarea se ha desarrollado de muy buena forma, atendiendo fundamentalmente a los sectores de más bajos ingresos económicos y a los perros sin dueño que vagabundean por las calles de Paysandú.
La campaña ha servido también para focalizar la atención en un problema vinculado a la seguridad y salubridad públicas.
Por último, el hecho de que la encuesta haya revelado el 78% de la población está de acuerdo con el pago de la patente para financiar actividades como la castración en zonas carenciadas o la realización de ecografías para detectar el quiste hidático, resulta alentador porque a la vez que expresa una toma de conciencia colectiva sobre el problema estaría indicando también la existencia de un acuerdo tácito entre autoridades y ciudadanos respecto a cómo combatir el problema.