Rurales | 24 Nov Se detectó la presencia de hongo Fusarium en cultivos de trigo en la zona centro y litoral sur del país, a causa de la situación climática imperante, humedad y temperatura, las cuales son muy propicias para la multiplicación de este patógeno y la infección de las espigas de trigo. La enfermedad provoca grano “chuzo”, con la consiguiente pérdida de rendimiento y calidad molinera.
Los granos contaminados generan inconvenientes para su utilización en la alimentación humana y animal, por el posible desarrollo de micotoxinas (DON, T1, T2, entre otras). Por lo tanto se aconseja a productores que tengan un cultivo de trigo para producción de grano que vigilen atentamente su desarrollo, recorriéndolo semanalmente.
En los sistemas agrícola-ganaderos o lecheros estos cultivos con problemas sanitarios pueden ser destinados a reserva, por lo que se debe valorar la necesidad de realizar análisis de micotoxinas, según establece un comunicado del Instituto Plan Agropecuario.
Datos
Un informe elaborado por los ingenieros del INIA La Estanzuela, Martha Díaz, Silvia Pereyra, Silvina Stewart y Juan Mieres, establece que se trata de una de las enfermedades más devastadoras en los cultivos de trigo y cebada en varias partes del mundo. La enfermedad se desarrolla en climas templados y húmedos y es muy destructiva en primaveras como la presente.
Los cultivos invernales más afectados son trigo y cebada, aunque puede aparecer en otros como avena. En cultivos de verano aparece fundamentalmente en maíz y eventualmente en sorgo. No afecta cultivos de hoja ancha como girasol y soja. La enfermedad se evidencia en las espigas. En trigo, los síntomas son una decoloración prematura de las espiguillas infectadas, pudiendo llegar a tomar toda la espiga. Los síntomas en cebada aparecen como granos discretos, pardos, pardo-anaranjados, marrones, chuzos, distribuidos en forma discontinua en la espiga. En ambos cultivos, si las espiguillas han sido infectadas tempranamente, se desarrollan masas de esporas rosado-salmón y eventualmente estructuras oscuras (peritecios) al momento de la cosecha.