Policiales | 25 Nov La Justicia Penal procesó a un sujeto de 23 años que ayer de madrugada se introdujo en una parrillada céntrica, se llevó una botella de whisky y provocó varios destrozos. Detenido por la policía en un “conventillo” ubicado en zona norte, bindó detalles del ilícito y de lo que hizo con lo hurtado.
De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, un hombre de 33 años, propietario de una parrillada ubicada en las inmediaciones de 19 de Abril y 25 de Mayo, se comunicó ayer por la mañana con la Seccional Primera de Policía para denunciar un hurto en su local. Según relató, llegó al negocio próximo a las 6, ya que a esa hora comienza a trabajar la limpiadora. Enseguida notó que delincuentes se habían introducido al edificio y habían provocado varios destrozos. Cajones, papeles y un microondas -dañado- estaban en el piso, así como varios platos rotos. Sobre una mesa había una cerveza destapada y varios vidrios estaban destrozados, en tanto faltaba una botella de whisky.
Según parece, los intrusos ingresaron por el techo del gimnasio contiguo y luego llegaron hasta el negocio a través de un tragaluz. Una vez perpetrado el robo, dañaron el candado de la puerta de la cocina (orientada al oeste) y se retiraron del lugar.
Un viejo conocido
Luego de efectuar las primeras averiguaciones, los efectivos de la Seccional Primera intuyeron que estaría involucrado el conocido delincuente Federico Matías Cedrés Díaz, de 23 años, oriundo de Maldonado pero actualmente domiciliado en Paysandú, en un “conventillo” ubicado en las inmediaciones de Larrañaga y Zorrilla de San Martín. Con una orden expedida por la Justicia y en colaboración con personal de Radio Patrulla, los efectivos se trasladaron hasta el lugar y detuvieron a Cedrés, pero no lograron recuperar la botella de whisky.
Interrogado en la comisaría, el sospechoso dijo que la noche anterior, próximo a las 5 de la madrugada, permanecía en la zona oeste de la ciudad observando el avance del río Uruguay. Posteriormente caminó hasta la zona céntrica y desde allí hacia el sur, hasta llegar a las inmediaciones de una parrillada, cuya ubicación exacta dijo desconocer, ya que no es sanducero. Una vez frente al negocio, escaló un portón metálico y caminó hasta el techo de un gimnasio, donde tras remover una chapa se introdujo al edificio y posteriormente en la parrillada. Inspeccionó minuciosamente el lugar en busca de dinero y como no lo obtuvo tomó una botella de whisky y se retiró.
Con la botella en su poder, caminó hasta su domicilio en Larrañaga y Zorrilla de San Martín y allí se reunió con una amiga -de 47 años- quien coincidentemente cumplía años, así que la invitó a brindar con whisky. Bebieron durante horas, se emborracharon y luego él se deshizo del envase. Cedrés es un viejo conocido para la policía. La Justicia de Maldonado lo procesó en 2005 por hurto en grado de tentativa y en otras dos oportunidades por hurto especialmente agravado. En Paysandú fue procesado este año por hurto especialmente agravado y a finales de octubre fue detenido por efectivos de la Seccional Segunda en Termas de Guaviyú, en el marco de la investigación de un hallazgo de cocaína en una finca de la zona suroeste. No obstante, en esa oportunidad no resultó procesado.
Ayer en horas de la tarde compareció una vez más en la sede judicial y fue procesado con prisión por un delito de hurto especialmente agravado en calidad de autor.