Paysandú, Martes 01 de Diciembre de 2009
Locales | 26 Nov Una víbora yarará de aproximadamente 1,20 metros fue cazada ayer en las inmediaciones de calles Estefanell y Costanera Norte, “y se me escapó otra que la voy a buscar mañana”, contó a EL TELEGRAFO Juan Alberto Sánchez, el intrépido cazador.
Dijo que junto a su señora e hijo vive a dos cuadras del lugar, en Proyectada 68, y está autoevacuado en la casa de su padre, en la esquina mencionada. También está a cargo del cuidado de algunas de las casas de la zona, sobre todo ahora que varias de ellas han quedado rodeadas de agua.
Precisamente en una de esas casas, de madera y de dos plantas, vio a las dos serpientes entre las maderas del piso. Munido de “una varilla de madera de un metro y medio, la busqué y la maté, pero la otra se escapó entre las tablas”, dijo Sánchez, quien por primera vez caza un ofidio venenoso.
Vecino de la zona desde hace años, dijo que en algunas crecientes menores pudo verse alguna vívora de tamaño menor “de unos 40 o 50 centímetros”, pero que no significaron riesgo alguno.
ANIMALES PELIGROSOS
EN EL AGUA
No solamente vívoras puede haber a causa de la creciente del río Uruguay. Vecinos y fuentes de prefectura consultadas al respecto, coincidieron en señalar que “se ve de todo cuando hay inundación, y ahora los gurises son los que vienen con que vieron vívoras y arañas”. Aunque no necesariamente signifiquen un peligro para la vida, pueden hacer pasar un mal rato a cualquier ser humano, más aún si es alérgico a alguno de los venenos de los animales.
Por ejemplo, es usual ver ratas en la zona céntrica o en la periferia, donde hay desechos orgánicos, que son “corridas” por el agua. Si bien son animales que virtualmente conviven con el ser humano, en casos de inundación pueden ser particularmente agresivos, producto de la situación irregular que se presenta, y su mordida es particularmente dolorosa y con peligro por infecciones o enfermedades.
No tan “nerviosas”, pero sí peligrosas por sus efectos, son las arañas que, aunque en menor medida, también se ven a la vera de los límites de las inundaciones. Las hay de todo tipo, desde las inofensivas hasta las que pueden poner en riesgo la vida humana, y pueden estar en la orilla de la zona inundada o sobre ramas y árboles.
ANTES ERA PEOR
Los más memoriosos recordaban que en inundaciones anteriores a que estuviera funcionando la represa de Salto Grande, en la década de 1970, podían verse animales más grandes, inclusive yacarés y monos de la selva brasileña que llegaban arrastrados por la fuerte correntada del río, estos últimos generalmente muertos pero en los mismos troncos.
Si bien esto ya no se ve por la presencia del virtual “filtro” que hacen las represas construidas aguas arriba en el río Uruguay, sí pueden venir animales peligrosos o ponzoñosos a causa de las corrientes de los afluentes del Uruguay, como el Queguay o el Daymán.
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