Paysandú, Jueves 03 de Diciembre de 2009
Rurales | 30 Nov Una nueva investigación de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, muestra cómo una proteína, denominada Glipicano 1, es vital para el desarrollo de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), cuya variante en humanos es la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ).
El trabajo, publicado en el último número de la revista Plos Pathogens, abre una nueva vía de tratamiento para la enfermedad.
La investigación ha demostrado que la presencia de la proteína Glipicano 1 causa un incremento de proteínas priónicas anormales. Cuando los niveles de Glipicano 1 se redujeron en las células infectadas, también decreció el nivel de proteínas anormales. “Observábamos el comportamiento de proteínas priónicas normales en células y descubrimos que éstas interaccionaban con algo, lo que nos llevó hasta el Glipicano 1” , aseguró Nigel Hooper, autor principal del estudio.
Este equipo científico sugiere que el Glipicano 1 actúa como un núcleo portador de las dos formas de la proteína priónica y que el contacto entre ellas provoca que las proteínas normales muten a la forma infecciosa. “Los resultados tienen una implicación directa en el tratamiento tanto de la forma animal de la enfermedad (EEB), como para la humana (ECJ)”, explicó Hooper. “Ahora que conocemos la identidad de una de las moléculas clave en el desarrollo de la enfermedad, podríamos ser capaces, en un futuro, de diseñar fármacos para su tratamiento”, sostiene el informe que difundió en nuestro país Conexión Tecnológica.
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