Policiales | 03 Dic Efectivos de la Seccional Primera de Policía recuperaron ayer una moto hurtada el miércoles por la noche en la zona de Luis Alberto de Herrera y Bolívar. El propietario del birrodado contrató los servicios sexuales de una menor de edad en la plaza Constitución, pero una vez consumado el acto, ésta se retiró y lo dejó a pie.
Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el miércoles a las 21.30, un hombre de 55 años se presentó en la Seccional Primera para denunciar el hurto de una moto Baccio de color rojo. Relató que esa tarde salió de paseo y concluyó en un expendio de comidas ubicado en Zorrilla de San Martín y Florida, donde consumió algunas bebidas. En ese lugar también conoció a una jovencita de 16 años, quien le ofreció servicios sexuales a cambio de 500 pesos. Él accedió y ambos se retiraron en moto hasta una finca que es frecuentemente alquilada por sus propietarios a modo de “albergue transitorio”.
Luego de mantener relaciones sexuales, el “cliente” se distrajo momentáneamente y al incorporarse en la cama y mirar por la ventana, notó que le habían hurtado la moto y que su compañera también había desaparecido. Los efectivos de la referida seccional montaron un operativo de búsqueda hasta que finalmente interceptaron a dos personas que se desplazaban en la moto del denunciante. Se trataba de un conocido delincuente y su novia, una menor de edad. Mientras el sujeto permanecía detenido y su novia retenida en una dependencia de INAU, los investigadores intensificaron la búsqueda de la joven prostituta.
La localizaron en una vivienda ubicada en Río Negro y Ledesma, y le notificaron que debía comparecer en la comisaría junto a su madre. Indagada la responsable de la menor, dijo que efectivamente su hija se dedicaba a la prostitución desde hacía aproximadamente tres años.
Agregó que la noche anterior la vio llegar en una moto roja y supuso que era hurtada. Asimismo, dijo que la menor se prostituye para mantener a su pareja, un individuo poseedor de antecedentes penales y recientemente liberado desde la Cárcel Departamental. Planteó en más de una oportunidad la situación a nivel del Juzgado, pero no obtuvo resultados.
Según pudo determinar la policía, no era la primera vez que se suscitaba una situación de esta naturaleza entre la menor y el propietario de la moto. Parece que frecuentemente, tras mantener un encuentro, la jovencita optaba por retirarse y dejar a su cliente a pie.
Todos los involucrados comparecieron ayer ante la Justicia y recuperaron la libertad.