Paysandú, Sábado 05 de Diciembre de 2009
Locales | 28 Nov El río Uruguay, con un caudal aproximado de 28.000 metros cúbicos por segundo, tenía el jueves una velocidad superior a los 6 nudos marinos por hora, es decir más de 11 kilómetros horarios, más de seis veces la velocidad normal del río cuando el cauce está en su promedio, y no alcanza a un nudo.
La medición, realizada por un práctico embarcado a algunos metros del puerto de Paysandú y prácticamente sin viento, registró 4,6 nudos por hora, equivalentes a unos 8,5 kilómetros, pero en la zona del canal, donde “corre” más fuertemente, había más de 6. Para calcular la velocidad se utilizaron los implementos marinos correspondientes, basado en un caudalímetro, que es un instrumento similar a un anemómetro (que mide el viento) pero con un sistema de hélices. De esta forma se puede medir la velocidad a la que se desplaza el agua, aunque también puede depender de si se toma sobre la superficie o a mayor profundidad con relación al viento.
LA INFLUENCIA DEL AIRE
Si bien al tomar la medición no había fuertes vientos, se aclaró por parte del técnico que la velocidad superficial puede variar. Si por ejemplo hubiera una “sudestada”, un fuerte viento de esa dirección, por efecto dinámico “enlentecería” la velocidad superficial, e inclusive en algunas zonas podría invertir la dirección del río, o si se registrara un fuerte viento desde el norte, superficialmente el registro tendría un rango mayor que en la zona más profunda.
De todas maneras, a la velocidad debe sumarse la resistencia del agua, y es así que en zonas en que una chalana puede moverse contracorriente con la fuerza de los remos, en estas condiciones necesita un motor de unos 8 caballos de fuerza para moverse sin problemas. Nuestra fuente destacó que la relación de navegación con una corriente como la que se registra, depende también de la forma aerodinámica del bote, comentando que con una velocidad menor del agua, el buque draga -de base más chata- no pudo remontar el río, pese a tener motores muy potentes.
TAMBIEN FUERTES VIENTOS
Entretanto, una fuente vinculada a la navegación aérea, que tiene el equipo necesario para medir la fuerza del viento, con el anemómetro, fijó ayer viernes en la tarde la velocidad del viento en 20 nudos, lo que representa entre 35 y 40 kilómetros horarios.
La dirección del viento era del suroeste, y comentó que el registro estaba dentro de lo previsto, aunque podrían registrarse rachas más fuertes, que llegarían a los 60 kilómetros horarios.
Esa velocidad del viento no afectaría sustancialmente la altura del río, ya que no sería de muy larga duración, sino en ráfagas. Es que el viento del sur, tanto suroeste como sureste, puede afectar la superficie del río, creando una suerte de “represamiento” superficial que hace “subir” el nivel del agua sobre el cero de la escala.
Algo de esto, según comentó un ciudadano memorioso, sucedió en la inundación de 1959, cuando la “sudestada” se mantuvo fuerte durante varias horas, e implicó el aumento coyuntural del nivel del río en más de un metro durante una noche.
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