Paysandú, Martes 08 de Diciembre de 2009
Rurales | 07 Dic La presente cosecha de granos y su logística en forma especial, se ve prácticamente convulsionada en gran parte de Uruguay, pero el norte del país y en especial los departamentos como Paysandú, Salto y parte de Río Negro son los más comprometidos, al registrarse grandes filas de camiones aguardando el turno para ingresar a descargar el grano en las plantas de silos.
Si como muestra basta un botón, en la planta de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), ubicada en el kilómetro 6,500 de ruta 90, este fin de semana aguardaban su turno más de 50 camiones con trigo para descargar.
Las intensas lluvias no solo pusieron en riesgo la calidad de los granos, sino que empujaron al sector a un cuello de botella, con serias dificultades para conseguir maquinaria, transporte y almacenaje, con la siembra de verano a la vuelta de la esquina.
El atraso en las trillas generado por la lluvia y la presión por alcanzar los tiempos justos para las siembras de segunda de verano, tensaron al máximo los servicios de maquinaria, transporte y almacenaje de granos. A esto se agrega que en tres años el área de trigo en el país pasó de 180.000 hectáreas a 540.000, lo que no fue seguido por los servicios en el mismo ritmo.
Secado
Indudablemente el cuello de botella hoy en día es el secado del grano. “La mayoría entra con más de 13% de humedad y debe ser secado”, sostuvo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Simean, gerente de Copagran, filial Paysandú, quien acotó que “aproximadamente una hora es lo que lleva secar la carga de cada camión”.
Cebada en los galpones y silos, y embolsando el trigo, así es la operativa que se lleva a cabo en esta planta, cuando recién se lleva cosechado “un 40% del área de la cooperativa”.
“Si no se trilla más es porque faltan cosechadoras, al concentrarse todo en estos días a causa del exceso de lluvias en noviembre”, recordó el profesional sanducero.
Rindes
Los rendimientos que se obtienen en las chacras “comenzaron previo a las precipitaciones arriba de los 4.000 kilos por hectárea. Ahora por el lavado del grano y pérdida de peso específico ha determinado que mucho trigo se va desgranando en la chacra, lográndose rendimientos en el entorno de los 2.500 kilos por hectárea”.
En cuanto a cebada precisó que “hay chacras que con las lluvias y el viento se han volcado y se perdieron. Se quebraron los tallos y la espiga contra el piso dificulta su cosecha”, mencionó.
Atraso
En este momento hay unos 15 días de atraso en las cosechas de verano. Operadores del sector estiman que el 90% del área para cosechar está pronta y está todo el mundo desesperado por máquinas. De todas formas, las mayores complicaciones se deben esperar en la siembra de segunda, ya que en la trilla, aunque sea adentro del barro se sigue trillando, pero la siembra no se puede pensar ni en entrar porque los suelos están muy mojados.
El presidente de la Cámara Uruguaya de Servicios Agropecuarios (CUSA), Alberto Urrestarazú, entiende que ya se lleva cosechada cerca del 20% del área de trigo y, en función de la buena capacidad de equipos disponibles para trilla, entiende que “si el tiempo da una tregua, en 10 días estaremos cerca del 80% del área cosechada”.
CUSA nuclea actualmente cerca de 250 empresas socias en todo el país y Urrestarazú estima que en promedio hay una cosechadora por empresa, aunque asegura que hay más sembradoras que trilladoras. Algunas de las empresa socias se dedican casi exclusivamente a la siembra, mientras que otras, como las que forman parte de la directiva de CUSA, tienen entre 3 y 5 cosechadoras cada una. La otra pata en esta cadena es la del transporte y el ensilaje. A su juicio, aunque con dificultades, la operativa con los camiones viene bien y lo que no se puede sacar enseguida se embolsa.
Tarifas
En lo que tiene que ver con las tarifas, Urrestarazú dijo que en esta oportunidad no se están viviendo las mismas dificultades de 2008. La tarifa de CUSA es de U$S 39 por hectárea más 12 litros de gasoil, pero hoy se paga U$S 40 y se está negociando unos 14 litros de gasoil por el mayor gasto que implica el estado de los campos.
“Cada socio tiene su área para trabajar y ninguno deja de cumplir con sus clientes por unos dólares más que se ofrezcan”, dijo el empresario, aunque reconoció que hay muchos llamados ofreciendo hasta U$S 4 y U$S 5 más, para que la maquinaria se pase a sus campos”.
Pero el buen momento en la venta de maquinaria agrícola no responde exclusivamente a factores coyunturales derivados de factores climáticos.
Mercado
Para el presidente de la Cámara Uruguaya de Importadores de Tractores y Maquinaria Agrícola (Citrama), Julio Blanco, si bien el mercado de maquinaria tendrá una baja del orden del 50% en relación a 2008, las cifras finales serán similares a las de 2007 que ya fue un año muy bueno.
Blanco sostuvo que, pese a las malas señales derivadas de la crisis económica y la sequía a principios de 2009, los fundamentos del agro se mantuvieron y el área agrícola siguió creciendo y eso fue lo que permitió que el mercado se mantenga dentro de una media histórica.
A su juicio, hoy hay un buen movimiento en un mercado muy activo y si 2008 no hubiera existido, la gráfica de ventas se mantendría igual. “Esto dice mucho sobre la evolución de la agricultura, porque la venta de maquinaria es un indicador de la salud del sector”, dijo Blanco a El País.
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