Locales | 08 Dic La doctora Ana Chalkling es integrante del Comité de Emergencias representando a ASSE. Viene desarrollando un importante trabajo con las personas alojadas por las inundaciones y sanitariamente están muy bien.
Ante tantos cambios sufridos por tantas familias en muy pocos días, el alojamiento de muchas personas en un mismo lugar y muchas veces, sin conocerse entre ellos, sumado a lo angustia por la situación, pude producir problemas de convivencia. Esto también hace a una buena situación sanitaria que va más allá de lo físico. La doctora tiene una visión particular del tema. “Afortunadamente, hemos tenido problemas mínimos de convivencia. Tenemos una forma de trabajo diferente con este cambio, en el modelo de atención, hemos tratado de llegar a las familias, a la comunidad desde los barrios. Ya existe otra confianza con los equipos de salud a pesar de ser multidisciplinarios porque están formados por enfermeras, doctores, asistentes sociales. Al estar todos muy acompañados trabajando codo a codo, ha creado un lazo fraternal en la emergencia, ha ayudado a subsanar y contener a la población que vive esta situación difícil, de estar fuera de su casa, otros cuidando su casa y la familia en otro lugar, que no es fácil pero entre todos estamos llevando adelante esta situación crítica”. Lo que en esta situación tan particular ha llamado la atención a la doctora, es la confianza lograda por parte del paciente. “Ya no somos aquellos que venimos de blanco para atender, ahora se puede tener ese espacio y ese tiempo para abordar desde otro lugar esta situación, más de contención emocional y no tanto sanitaria. Quizás en otro momento la atención médica distante interponía una barrera con el paciente y hoy en día eso se quebró, el paciente agradece esa charla informal luego de la consulta y es reconfortante para ambas partes” concluyó.
Mientras esto persista, el equipo de salud, aprovecha para hablar con las madres, realizar los controles en los carnés de los niños, ver si están al día las vacunas, los controles a las embarazadas, reparto de pastillas anticonceptivas y sobre todo esas charlas para rescatar el vínculo madre-hijo en estos momentos tan especiales. Se intenta, a pesar de la situación de desarraigo, fortalecer esos vínculos muchas veces con pequeñas y sencillas actitudes que sirven de disparadores. Un Ejemplo claro se ha dado con el uso del alcohol en gel, producto esencial en estos momentos, dado que suple el lavado de manos en un lugar donde, si bien las condiciones sanitarias son buenas, hay mucha gente y el correcto lavado de manos y en forma bastante contínua tiende a ser difícil. Los promotores de salud junto a los voluntarios, enseñan a utilizar correctamente el alcohol en gel; y este hecho simple ya está creando un vínculo madre e hijo, cuando ésta le enseña al niño como usar el producto y este hecho ya es disparador para otro tipo de actitudes o gestos que muy posiblemente en el diario vivir no lo realizan. Se trata de rescatar esos momentos y buscar otras alternativas sanas, que también forma parte de la salud.