Nacionales | 11 Dic ¿Hacia dónde va Mujica?
En menudo tembladeral acaba de meterse el presidente electo José Mujica. Si nos remitimos a la campaña electoral, constatamos que el principal temor de la oposición por ese entonces era que el candidato frenteamplista, una vez en el poder, retomara su actitud radical y arrastrara el país hacia el caos y la división. Mientras tanto, desde sectores históricos de la coalición, incluso desde filas de la incipiente Asamblea Popular, el temor era exactamente al revés y se basaba en una peligrosa inclinación del candidato hacia ideas “de derecha”. ¿Dónde está parado Mujica? La respuesta parece depender de la inclinación política del analista. Mientras tanto el mandatario electo demuestra que puede, como un vehículo falto de alineación, irse tanto a la derecha como a la izquierda; abrazarse con Hugo Chávez o compartir unos amargos con Jorge Larrañaga y prometerle participación casi irrestricta en las empresas públicas, así como una posible postergación de la Ley de Educación. Lejos quedaron los tiempos del “perro faldero” y del “mandadero”. Conforme con la mateada, es decir, con la reunión, el líder de Alianza Nacional se reunió posteriormente con Luis Alberto Lacalle, quien a su vez dijo lo siguiente a diario “El País”: “Pero no por un tema de cargos. En 2005 no aceptamos el ofrecimiento por dos cargos. El tema es que todos los partidos y todos los ciudadanos estén representados donde se gestiona la política de gobierno”.
No se metan con la reforma
La imagen de Jorge Larrañaga, mateando con José Mujica y con “Manuela” (la mascota del presidente electo) echada a sus pies, seguramente tranquilizó a la inmensa mayoría de los uruguayos. Las heridas de campaña comienzan a cicatrizar y el optimismo desaloja lentamente a la incertidumbre. Sin embargo, no todos vieron el encuentro con ojos embelesados. La posibilidad de postergar la aplicación de la Ley de Educación estuvo presente en el cónclave de la chacra Mujica y la ministra de Educación, María Simón, puso el grito en el cielo. “Me parece que no corresponde suspender nada, al contrario, hay que seguir avanzando”, dijo la secretaria de Estado al mismo matutino. La ingeniera entiende que a medida que avanza la ley, “mucha gente se está dando cuenta de que había elementos que le parecía que no gustaban y no le convencían suficiente, y ahora sí”. Dijo que es “imposible suspender” su aplicación, porque además “está ganando adeptos aún cuando hay gente que mantiene reservas”.
“¿Cómo vamos a parar la educación? Sería parar el país”, añadió.
Problemas matemáticos
Las reuniones entre los principales líderes de la oposición y el mandatario electo redundarán -o no- en acuerdos que contribuirán a la estabilidad del país durante los próximos cinco años. Pero a esta altura nadie duda que no se trata solamente de sentarse bajo un árbol, acariciar a “Manuela” y “amarguear”. La instancia, aún distendida, genera expectativas y controversias que en muchos casos conmueven la adormecida interna partidaria. Lo sucedido en el Partido Colorado es un claro ejemplo de este “efecto chacra”. Según “La República”, el encuentro entre Mujica y el senador electo Pedro Bordaberry generó expectativas en la interna colorada que, al no ser satisfechas, pusieron nuevamente de manifiesto viejas diferencias. Parece que el senador electo José Amorín (Propuesta Batllista) se molestó porque Bordaberry acudió a la reunión acompañado únicamente por dirigentes de Vamos Uruguay.
“Vamos Uruguay es el 60% y el Proba el 40%”, habría sentenciado Amorín, acusando a Bordaberry de no reparar en la representatividad sectorial. El también senador electo Germán Coutinho recogió el guante y contestó que “no hay nada que informar”. Recordó que Pedro Bordaberry “es lo más representativo del Partido Colorado”, además de titular del Comité Ejecutivo, y por tanto “no tiene que preguntarle a nadie con quién asiste a las reuniones”. Asimismo, dijo que Amorín “representa una forma de hacer política antigua y de la vieja época” y además “tiene problemas con los números” al afirmar que el Proba representa al 40% de los colorados.
Se declaró “incompetente”
Luego de la sorpresa generada por su designación como futuro ministro de Educación, el senador electo Ernesto Agazzi se dio “un baño de humildad” al admitir que es “incompetente” para el cargo. En diálogo con “El Espectador”, Agazzi dijo que aceptar un cargo de esa naturaleza implica conocer profundamente el sistema educativo y sus grandes problemas. “Para ser ministro de Educación hay que conocer profundamente todo el sistema educativo, para ser ministro de Cultura hay que conocer toda la estructura de la cultura nacional y su funcionamiento. Para defender la cultura nacional hay que tener claro cuáles son los problemas principales y conocer a los actores. Nada de eso conozco yo, o sea, no soy apto para ese cargo”, sentenció.