Paysandú, Miércoles 16 de Diciembre de 2009
Rurales | 14 Dic El ingeniero agrónomo Gonzalo Souto, asesor de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y consultor internacional, señaló que el modelo actual de la agricultura en Uruguay tiene todo para seguir expandiéndose, pero debe tomar recaudos sobre el uso extremo de cultivos como la soja que “debilitan” el suelo.
Tales conceptos fueron vertidos durante la 3ª conferencia del ciclo: El Agro del Futuro, Innovación, Cohesión Social, Crecimiento Económico y Sostenibilidad que organizó la Universidad Católica, oportunidad en la que proyectó el desarrollo de la agricultura en el país y su impacto en el mediano plazo.
Según el experto el agro crecerá este año 4,4% apuntalado básicamente por el gran impulso que tendrá la agricultura, con una tasa de crecimiento de 11% respecto al año pasado.
No obstante, Souto advirtió algunos desafíos que el sector agrícola debe plantearse para que la actividad no tenga un freno en el mediano plazo. Uno de ellos es cómo se está distribuyendo el uso de los suelos para la agricultura según la estación del año.
El analista comentó que en este último tiempo se ha dado un fenómeno inverso al del pasado y los cultivos de verano (soja, maíz y sorgo) “sobrepasaron” la superficie que se destina a los cultivos de invierno (trigo, cebada y avena).
Souto dijo que “no es bueno” que quede sin sembrar un área agrícola mayor en la época más fría del año porque es perjudicial para el suelo. En tanto, respecto al desequilibrio que provoca la soja dentro de los cultivos de verano con una superficie de siembra muy superior, el experto señaló también que es un factor de alerta” porque la oleaginosa deja un rastrojo con poco residuo de biomasa en comparación con los que aportan el sorgo y el maíz.
Sobre ese punto sostuvo que “es natural” que los agricultores se inclinen por la soja porque ofrece más garantías, no por el rendimiento en comparación al sorgo y el maíz sino porque el precio y los mercados que son “más firmes y transparentes”.
Por ese motivo, planteó que quizás sería pertinente que el Estado aplicara políticas públicas con el objetivo de incentivar el cultivo de sorgo y maíz creando mecanismo de precios a futuro con la participación de inversores privados.
Estimó que se deberá ajustar el sistema productivo con acciones de “monitoreo y control” de los cambios del suelo, pero siempre actuando con una actitud de “intercambio” con los operadores agrícolas porque tampoco se puede fiscalizar como “policía” el cumplimiento de la normativa vigente.
crecimiento
El asesor de Opypa afirmó que la agricultura “tiene todo” para seguir creciendo y a tasas muy buenas como las actuales, por lo menos por dos o tres años, ya que el contexto externo “es favorable” para las materias primas y Uruguay aún ofrece una superficie agrícola significativa que está sin aprovechar.
Según Souto en la zafra 2009-2010 se explotarán 1.800.000 hectáreas de los 4.000.000 que ofrece el país para la agricultura. Además, recordó que la política de biocombustibles que están aplicando países como Estados Unidos, hace pensar que el mercado de los granos se mantendrá firme en los próximos años, acompañado por una creciente demanda mundial liderada por los países asiáticos como China e India.
Respecto al modelo de producción que introdujeron los principales grupos agricultores de Argentina --que hoy concentran más del 40% de la explotación de granos que se hace en el Uruguay--, dijo que seguirá en expansión porque incluso los propios empresarios locales han ido “copiado” esta modalidad de trabajo que se destaca por la intensidad, la eficiencia y la innovación tecnológica.
El consultor internacional indicó que por ahora “no hay dificultades” con la oferta de recursos humanos, porque las propias empresas se están encargando de capacitar el personal en conjunto con los centros de formación. Por otro lado, Souto recordó que el “ambiente de negocios” para captar inversores externos sigue siendo favorable para obtener más inversiones en la cadena agroindustrial.
Sin embargo, advirtió algunos “cuellos de botella” sobre todo en el sector logístico donde considera que es necesario “un mayor protagonismo” del Estado, porque la competitividad de la agricultura en el mundo estará marcada por una reducción de los costos operativos.
Opinó que se hace necesario para atender el crecimiento de la cadena agroindustrial el desarrollo del tren y ofrecer otras alternativas para la salida de los granos porque la terminal de Nueva Palmira “está saturada”.
Por otro lado, también se refirió a la ley de sociedades anónimas para limitar el acceso a la tierra, la cual dijo que “no tuvo ningún efecto” porque los grandes agricultores argentinos --que hoy manejan casi el 50% de la superficie agrícola del país-- se las “ingeniaron” para sortear esta normativa, de acuerdo con lo que establece El País.
La regulación del uso de los suelos por ahora “no tuvo impacto” en el desarrollo sectorial.
Acuerdos
Respecto a las decisiones que tomó el Ejecutivo para controlar la suba de los alimentos antes de la crisis, Souto recordó que se transitó por el camino de “acuerdo de precios” y no “de intervención” en el mercado como lo hizo Argentina.
En cuanto a la quita del 2% en la devolución de impuestos para las exportaciones de trigo y cebada, el consultor internacional dijo que su impacto “fue marginal”.
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