Nadie es perfecto

Locales | 13 Dic (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos). La semana que acaba de terminar trajo en el Norte de New Jersey, y en buena parte de la nación, la primera gran tormenta de nieve de la temporada invernal, aunque en la práctica el invierno aún no ha comenzado.
La nieve comenzó a caer en las primeras horas de la noche del martes y siguió haciéndolo por buena parte de la noche. Probablemente uno de los pocos y seguramente el mayor peligro del trabajo de repartir diarios sea la nieve y sus consecuencias, entre ellas el hielo. Para cuando llegó la hora del reparto, en algunas zonas de mi ruta habían caído más de tres pulgadas de nieve -7,5 centímetros-, lo que hacía totalmente imposible transitar por esas calles. Pero, necesariamente había que continuar. Si bien los clientes estaban durmiendo iban a querer tener su diario cuando despertaran, justo a tiempo para el primer café.
En la zona hay un muy buen sistema de limpieza de las calles cuando nieva, integrado en general por contratistas independientes que colocan en la parte delantera de sus camionetas palas mecánicas, con las que limpian de nieve calles y rutas.
Pero todavía no habían llegado, por lo que solamente quedaba entregar los diarios en aquellas calles donde se pudiera transitar y dejar para el final el resto. De todas formas, debía transitarse con extremo cuidado, buscando controlar cuanto se pudiera el vehículo, lo que no siempre era posible. A veces una calle cuesta arriba se convertía en un obstáculo insalvable, por lo que simplemente había que dejar retroceder el vehículo, girar como se pudiera y seguir por donde se pudiera. Felizmente el tránsito era prácticamente inexistente, por lo que las idas y venidas por las calles no tenían ese peligro agregado.
Finalmente, casi dos horas después del tiempo que habitualmente toma cubrir la ruta, el último diario voló por la ventanilla y cayó sobre la nieve, en la entrada de garaje del último cliente.
Para entonces, muchos habían salido ya de sus casas para limpiar sus entradas de garaje, pues de no hacerlo cuando la nieve estaba todavía fresca les resultaría luego mucho más difícil. Todavía se siguen usando las viejas palas especiales, pero también son muy populares unos equipos que lanzan por el aire la nieve, dejando limpios los caminos rápidamente.
Las noticias del día mostraron los estados del medio oeste estadounidense con grandes complicaciones debido a las nevadas todavía más fuertes, con varias muertes y decenas de accidentes. Tras el meteoro una ola de intenso frío. A media tarde el mercurio apenas marcaba 5 grados bajo cero. Por la noche, la temperatura descendía mucho más.
El estado del tiempo ha sido por estos días una noticia principal en los noticieros y también en los diarios, solo comparado con otro escándalo de índole sexual que ha sacudido el alma de los estadounidenses y ha hecho trizas a su mayor ídolo deportista, el golfista Tiger Woods, que de héroe pasó a villano, sin escalas y sin red.
La súper estrella deportiva (de paso, solo en este país un golfista puede tener tanto éxito) en apenas una semana dejó de ser el objeto de admiración de todo un pueblo y se convirtió en alguien que le ha fallado a la sagrada institución de la familia. A Tiger Woods se le han descubierto hasta una docena de amantes, lo que ha provocado que su esposa Elin retornara apresuradamente a su natal Suecia (donde compró una “casita” por 2 millones de dolares).
Todo se inició con una publicación en National Enquirer, que comenzó a destapar la vida de infiel consuetudinario del golfista más famoso del mundo. Primero fue una, luego otra y como cascada comenzaron a aparecer las amantes de Tiger, con detalles escabrosos de sus relaciones y grabaciones y mensajes de texto para probar sus dichos. Woods, que comienza un proceso de divorcio que promete ser uno de los más complejos en Estados Unidos, por las circunstancias y su cuantiosa fortuna, ha enviado comunicados a la prensa pidiendo perdón al público y a su familia, pero nada ha sido suficiente.
Así las cosas, hace pocas horas ha anunciado su retiro por tiempo indefinido del golf profesional, lo que no solamente era esperado sino pedido por buena parte de la población.
Este hecho marca claramente el criterio del pueblo estadounidense, que no tolera que personajes públicos tengan una doble vida matrimonial, y que pide que quienes sean objetos de su admiración cuiden su reputación personal como su mayor tesoro.
Lejos del concepto del macho latino, que probablemente hubiera favorecido a Woods, los gringos le han dado rápidamente la espalda a quien hasta hace pocos días era uno de los más grandes. Esto, a su vez, ha hecho que la mayoría de los contratos publicitarios de Woods cayeran en pedazos.
Cómo recomponerá su vida y su actividad profesional es una gran incógnita. Una similar a la del titular de primera plana del diario de mañana. Que seguramente traerá el nombre de otra amante del tigre. ¡Qué tigre!