Locales | 20 Dic En la sede de Cajupay -Casa del Jubilado- brindaron una nueva charla sobre la enfermedad de Alzheimer. Esta vez el disertante fue el biólogo Luis María Sánchez, quien anticipó al comienzo que “se trata de un tema controvertido, no es algo biológico, no es genético, no tiene ninguna base física”.
Las investigaciones realizadas a partir de 1992 por el Proyecto Alzheimer Argentina -que integra- se basaron en “estudios epidemiológicos, casa por casa, entrevistando a las familias. El Alzheimer no podía aparecer de la nada, tenía que haber algún disparador, un factor preponderante. Lo que años después vimos, ya que aparece ante una pérdida muy profunda que arrastra consigo la personalidad del afectado”.
Puso como ejemplo a una mujer que “siempre estuvo detrás de su marido, en las labores de la casa, que al fallecer aquel siente que ella misma quedó vacía, sin motivación para vivir”. Lo que adquiere importancia porque es entre las mujeres en que se dan dos tercios del total de casos de Alzheimer que, dijo, “en general es muy poco frecuente, no le ocurre a todos los mayores, sino a un siete u ocho por ciento de la población”.
Esta situación suele afirmarse negativamente en aspectos psicológicos que durante la vida pueden haber pasado inadvertidos, como son “la introversión, el miedo, el aislamiento y el temor a la muerte, lo que no condiciona pero si determina lo que vendrá luego”.
Respecto del por qué de los fallecimientos de las personas afectadas aclaró que “el Alzheimer no tiene nada que ver, más allá de que haya cortado todos sus nexos con la realidad”. Lo explicó por el mecanismo natural del coma, aclarando que las tres causas de que existen son: coma por traumas o shock ante un siniestro, el farmacológico que es inducido con drogas en los pacientes que así lo requieren y “el coma natural que nuestros ancestros emplearon, por ejemplo, para evitar a los felinos que fueron tradicionalmente los depredadores del ser humano. Como al estar absolutamente inmóvil la persona los grandes felinos no los atacan, esta respuesta del organismo fue un acto de supervivencia y lo tenemos grabado en nuestra mente”.
Hizo hincapié en la importancia de la detección precoz del Alzheimer que puede ser percibido por aspectos tales como “el aislamiento, desinterés y la mirada perdida que suelen poner las personas”. Para su terapia, por el sistema que emplea el Proyecto Alzheimer Argentina, se apela a los estímulos sensoriales con imágenes, olores, sabores y el tacto de cosas muy identificadas con la persona “nosotros no damos medicamentos, pero sí observamos los efectos de estos”, acotó.
“De todas formas no se trata de que la persona solo se vea viva y retome sus nexos con la realidad, sino que hay que armarle una nueva vida cotidiana con actividad que al cabo le resulte una terapia”.