Paysandú, Sábado 26 de Diciembre de 2009
Locales | 22 Dic Son pocas las casas que aún permanecen bajo las aguas del desbordado río Uruguay, casas que así como son las últimas en salir a la superficie, fueron las primeras en inundarse. La mayoría de las construcciones son muy precarias, de costaneras o cartón, a lo que se suma que de algunas solo han quedado vestigios de que quizás alguna vez en ese lugar existió algo parecido a una construcción.
El panorama visual de la zona que fue avasallada por la crecida es angustioso. Casas destruidas o directamente desaparecidas, todas con una clara marca de la altura hasta la que llegó el agua, lo que indica una señal externa, que da para pensar en ese difícil retorno de los propietarios. Las que han quedado medianamente habitables, ya han sido recuperadas por sus moradores a pesar de no estar en las mínimas condiciones aceptables. La humedad avanza y el estado de los muebles que no se pudieron rescatar es ruinoso, en la mayoría de los casos. Los primeros vecinos evacuados coinciden en señalar que la mayoría perdieron todo: los muebles, colchones, enseres, incluso hasta la casa. El suelo no está firme aún y el olor es nauseabundo, pero a pesar de esto en muchos terrenos ya se ven las descargas de costaneras para comenzar nuevas construcciones.
La basura acecha
por todos lados
La zona de los barrios La Chapita, Tatuses Sur y aledaños siempre ha sido conflictiva en referencia a los basurales endémicos. Hoy es una zona cubierta de bolsas, residuos de todos los rubros, y nuevamente están comenzando a llegar todos los deshechos del vecindario que han quedado inutilizables, restos de camas, sillones, bidones, cámaras, telas, chasis viejos, un sinfín de residuos que se están esparciendo rápidamente. En la zona de Costanera Norte, Balneario Municipal, Club Remeros y zonas cercanas, el paisaje muestra muchos árboles con una particular “flora” de bolsas plásticas. Es otro de los indicadores de la altura alcanzada por el río, y de los basurales que se han formado en la costanera norte. En varios emprendimientos privados que están tratando de rehabilitarse, al tener abiertas sus puertas y ventanas se pueden observar con claridad las marcas de la fuerza e irrespetuosidad de la naturaleza.
Calles intransitables
El estado de las calles es lastimoso, las que estaban en buen estado lo han soportado pero presentan inconvenientes, las que estaban mal han quedado calamitosas, y las que estaban calamitosas están intransitables. Las obras de la costanera han sobrevivido pero se notan las consecuencias y algunas baldosas fueron arrastradas. La gran mayoría de las personas que optaron por permanecer en carpas ha vuelto a sus hogares.
El deseo de volver
Los vecinos trabajan en sus hogares y ayudan a sus pares de la manera que pueden. Es unánime el deseo de que para la Navidad “la casa esté en orden”. Muchos se quejan que la ayuda es insuficiente, otros que la iniciativa tiene que partir de ellos “porque nadie tiene la culpa de las inundaciones” y otros se muestran indignados al comprobar que algunos damnificados venden los objetos que les han entregado.
Las opiniones son diversas y las actitudes también. La familia que vivía en un camión, de la cual EL TELEGRAFO fotografió su realidad, continúa allí, ya que el agua permanece en su casa. Tampoco pueden trabajar, al tener una pequeña empresa unipersonal de soldadura y arreglos eléctricos. Lo que se pudo salvar está en el camión, el resto se perdió.
Pero ese unánime deseo de tener todo en orden para pasar las fiestas es lo que hace a toda esta gente juntar fuerzas para comenzar de cero o casi de cero. Son conscientes que llevará su tiempo la reconstrucción, que son varias las etapas que deben pasar hasta que llegue una solución definitiva.
La naturaleza se ensañó con el litoral uruguayo-argentino y en nuestra ciudad no discriminó ni perdonó a nadie ni a nada. Afortunadamente en Paysandú no hay que lamentar víctimas fatales ni enfermedades. Comienza una nueva etapa de trabajo conjunto de las autoridades, instituciones, fuerzas vivas y vecinos.
El hecho que las aguas prácticamente se hayan retirado, no significa que el problema haya concluido, solo se cierra una etapa y da comienzo otra.
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