Opinion | 27 Dic A través de un acuerdo con Japón, cuya tramitación insumió más de un año, comenzará a instrumentarse un programa de desarrollo de energía solar en Uruguay, en lo que es considerado como un resultado directo de la visita realizada por el presidente Tabaré Vázquez al país asiático.
Se trata del proyecto para Introducción de Energía Limpia Por Sistema de Generación de Electricidad Solar, que involucra una inversión de unos ocho millones de dólares no reembolsables en la construcción de una planta que funcionará en base a esa energía, en un contexto internacional que con el paso de los años se ha mostrado cada vez más proclive a promover energías limpias y sobre todo a aprovechar las ventajas naturales de cada región para la reconversión energética.
En este caso se instalará una planta solar fotovoltaica, que permitirá suministrar unos 300 kilovatios-hora, que es una energía modesta en lo que refiere a la demanda nacional, pero que tiene sobre todo un carácter demostrativo y de inversión para el desarrollo de energías limpias.
La incorporación de energías renovables, tanto en lo que refiere a la generación de electricidad como en la sustitución de combustibles fósiles, como el petróleo, es un imperativo para el país, y en este escenario se están dando pasos dirigidos a concretar emprendimientos en el área de la energía eólica, biomasa y solar, aunque todavía en una magnitud que no implica incidencia significativa en la matriz. Ciertamente la producción de electricidad en gran escala en base a células fotovoltaicas sería impracticable para nuestro país, como queda demostrado con esta planta piloto que a un costo de 8 millones de dólares puede generar solo un 0,1% de lo que produce la represa del Palmar, suficiente para el consumo de unos 100 hogares.
Igualmente, existen fondos disponibles en el mundo desarrollado para abordar emprendimientos de este perfil, desde que la reconversión implica la reducción de gases de combustibles fósiles que generan el efecto invernadero, por lo que este primer paso con Japón para instalar la planta en la zona de Salto Grande es un buen ejemplo de lo mucho que se puede hacer si nuestro país presenta proyectos similares en el escenario internacional. Para ello es preciso sobre todo demostrar el potencial que tiene el Uruguay en el campo de las energías renovables, que ofrece muy buenas posibilidades para un país en el que lamentablemente se ha perdido un tiempo precioso solo hablando de hacer, pero sin acompañar el verbo con la acción.