Locales | 24 Dic En lo que se considera como una consecuencia directa de la entrada en vigencia de la Ley 18.395, que flexibilizó las condiciones de acceso a la jubilación, en el período enero- setiembre de este año el total de pasividades tramitadas alcanzó valores récord, con una variación interanual del 64,1 por ciento, es decir el mayor guarismo de la última década. De acuerdo la información procedente de la delegación empresarial en el Banco de Previsión Social, las pasividades acumularon una cifra récord de 21.763 en enero-setiembre de 2009, lo que prácticamente duplica el promedio registrado en los primeros nueve meses de los últimos diez años, que era de casi 12.000 personas. Esta incorporación de nuevos pasivos ha significado un aumento del gasto público de más de una décima del Producto Bruto Interno (PBI), al situarse en unos 26 millones de dólares, por cuanto el universo de jubilados registró una suba del orden del cuatro por ciento respecto al mismo período de 2008.
De acuerdo a lo señalado por la representante de los empresarios en el Banco de Previsión Social, Elvira Domínguez, en el primer año se acumularon los afiliados que al iniciarse el nuevo régimen cuentan con más de treinta años de actividad pero con menos de 35 años, que antes no tenían posibilidades de acceder a una pasividad. Igualmente, este costo inicial de 26 millones de dólares adicionales se irá reduciendo año a año, hasta llegar a doce millones en 2013, pero de acuerdo a lo manifestado por la directora, “nos preocupa la sostenibilidad financiera del sistema de seguridad social en el largo plazo”. Evaluó que “en una situación de crisis, que por ahora no está amenazando la economía, esto puede tener un impacto”, ante la relación activo- pasivo, que actualmente es de casi dos a uno, “y por lo tanto Rentas Generales tendría que hacer desembolsos mayores, ya que las jubilaciones son inflexibles a la baja y una vez que se conceden no se pueden quitar”.