Deportes | 31 Dic Termina un nuevo año. En todos los órdenes de la vida, las últimas horas del año que llega a su fin se traducen rápidamente en un balance generalizado, destinado por lo general a barajar y dar de nuevo pensando en ese pasito en el calendario que significa iniciar un nuevo año.
Este 2009 llega a su fin, y a la hora de hacer las cuentas y pasar raya seguramente se contará con números positivos por allá, y negativos por acá. Pero no es cuestión de borrón y cuenta nueva.
En ambos casos se intentará mejorar las cosas en 2010, para que a su término el balance tenga solo números escritos en azul, o en su defecto que el rojo sea prácticamente imperceptible.
Y en el deporte la situación no es muy diferente. Este 2009 permitió disfrutar muchas alegrías, y dejó también algunos sinsabores que pueden tener remedio de cara a un 2010 que para el deporte será muy especial, pues será el año en el que Uruguay vuelva a estar en un Mundial.
Haciendo un rápido repaso del deporte en el año que se termina, también hubo luces y sombras en todas las disciplinas.
El ajedrez cerró una temporada impresionante con títulos por todos lados; las artes marciales crecieron, se diversificaron y tuvieron puntos destacados como el karate, sipalki, kung fu y taekwondo, tanto a nivel nacional como internacional.
El atletismo tuvo a representantes destacados cosechando títulos individuales más que importantes a nivel nacional; el automovilismo volvió a brillar fuera de fronteras con Diego Elola como abanderado, mientras que el resto de los deportes mecánicos picaron en punta y se mantuvieron arriba más allá de todo.
Las bochas la remaron y lograron algunas posiciones interesantes, mientras que en básquetbol Wanderers dio la nota ganando todo lo que jugó, más allá de los problemas que tuvo el deporte cesteril con los jueces, que es de esperar que no se repitan el próximo año. La nota negativa la dio el Paysandú BBC cantando retirada de la Liga Uruguaya, pero es de esperar que la seriedad con la que se tomó la decisión sea simplemente el empuje para dar el salto que lo deposite otra vez en el circuito del básquetbol nacional y tenga el protagonismo que Paysandú se merece.
El rugby supo volver a estar peleando los primeros lugares, mientras que si de pelear se trata la boxeadora Adriana Herrera no pudo con la chance de lograr el título Sudamericano, mientras Cecilia Comunales se transformó en la primera boxeadora uruguaya en ganar en el Luna Park.
En ciclismo no anduvo todo sobre ruedas y la gran mancha de este deporte sigue siendo el deplorable estado de un velódromo que está sumergido en el olvido. La equitación sigue cosechando triunfos en silencio, el fisicoculturismo se preparó y rindió lo esperado, mientras que la natación selló un año espectacular más allá de la creciente que complicó las cosas los últimos meses, más allá de que termina el año con una piscina cerrada en la Plaza de Deportes que se suma a la del Club Remeros. Y el waterpolo, que se ganó un importante lugar a nivel nacional.
Esta vez el Optimist no pudo regar primeros puestos por doquier pero se destacó en buena forma, mientras que el remo dio que hablar al igual que la pesca, en el concierto sudamericano.
La pelota sigue viva y más allá de los títulos tuvo como gran destaque la renovación del trinquete de Pelotaris, mientras que en vóleibol surgieron algunas figuras interesantes que pretenden dar muestras de que el deporte de la red puede resurgir como antaño. Y el salonismo se lució en el ámbito nacional. Esto a modo de un rápido repaso. Y si hablamos de fútbol, dio para todo. Desde el disfrute hasta el sufrimiento más extremo, y todo eso se resume con el último año de Uruguay en las eliminatorias, que terminó con la siembra de esperanza de cara al Mundial. Desde el caos dirigencial de entrecasa, que llevó a que la selección sanducera le pusiera el pecho a las balas en el Litoral Norte, hasta la apertura de este nuevo ciclo que se pondrá en marcha adentro de la cancha el 9 de enero, pasando por las vueltas olímpicas que hicieron delirar a muchos, aunque no siempre se dieron en su ámbito natural, un Estadio Artigas que está olvidado y no entra en la agenda de nadie pese a que necesita mucho más que una lavada de cara.
¿Qué es de esperar a la hora de levantar la copa? Repetir los éxitos y superar las adversidades. Mirar para atrás y reconocer los errores desde los diferentes ámbitos, para hacer del deporte lo que debe ser: una fiesta en todos los sentidos. Con mucha pasión, más dedicación y la familia entera volcada a los escenarios para alentar a los atletas que dejan todo adentro de la cancha.
Con más vueltas olímpicas que nunca, pero sin la violencia incomprensible que sigue enlutando al deporte todo. Con la certeza de que este pequeño país sabe dar la mejor materia prima, y de que de una vez por todas hay que apostar a formar a los mejores deportistas adentro y afuera de los escenarios. Y quién dice que este 2010 que comienza en pocas horas nos depare muchas sorpresas… Deportes de EL TELEGRAFO