Nacionales | 29 Dic De acuerdo a un informe publicado ayer por “El Espectador”, la Prefectura Nacional Naval incrementará los controles de consumo de alcohol en las zonas balnearias, al tiempo que el INAU aumentará las inspecciones con el cometido de penalizar a aquellos locales nocturnos que vendan bebidas alcohólicas a menores de edad.
La directora de Espectáculos Públicos de INAU, Alejandra Pacheco, informó que el organismo reforzó su equipo de inspectores de cara a la temporada veraniega, en tanto recordó que las multas por vender alcohol a los menores oscilan entre 50 y 200 Unidades Reajustables, es decir entre 21.600 y 86.400 pesos. Lo que “hemos hecho para este año, es establecer un criterio y un programa nuevo donde salta automáticamente la reiteración y no tiene que dar toda la vuelta administrativa, sino que ya la multa ingresa con datos de reiteración y facilita a veces en este tema el camino. Sabemos que no es desde la institución uno de los objetivos primordiales, pero suponemos que cuando se afinan los controles pueden también colaborar a que no haya tanta venta cuando las multas son más duras”, subrayó. Asimismo recordó que INAU no habilitó nuevos locales para menores, por lo cual es previsible que se produzcan ingresos no autorizados y venta irregular de alcohol, al tiempo que exhortó a los padres a controlar los lugares donde asisten sus hijos.
“Lo que tenemos pensado además es articular diferentes horarios de fiscalización. Posiblemente los equipos estén fortalecidos por inspectores de todo el país desde el primer día de trabajo, ahora desde el primero de enero hasta culminar la temporada y pensamos de que va a ser un año quizás más controlador desde el lugar del INAU. Justamente por esto de que no hay tanto lugar autorizado”, añadió. Mientras tanto, desde la Prefectura Nacional Naval, el capital de Fragata Gabriel Guida recordó que la tarea de la institución consiste en controlar el consumo de alcohol en las playas, aunque reconoció que no es una tarea sencilla, ya que muchas personas ocultan la bebida y se resisten a ser inspeccionadas.
“Existe la potestad, sin duda que es una medida extrema. Obviamente que se trata siempre de hablar, tratar de convencer. Si alguien está en la playa está buscando un momento de esparcimiento y está lejos de pretender tener un problema. No hay que olvidarse que el consumo de alcohol ya implica cierto riesgo y más aún si estamos en la playa, ya que sin dudas la persona se va a meter al agua. Tener alcohol en el sistema implica ciertos riesgos que en el agua se ven potenciados”.
“El efectivo de Prefectura, --que por lo general no va solo, van en parejas--, a partir del momento que reciben la negativa y eventualmente algún insulto, se pide apoyo, se manda al móvil y se trae a la persona con el alcohol y se habla con el juez de faltas para que tome los recaudos”, explicó.