Opinion | 05 Ene Los asambleístas de Gualeguaychú ya han convocado a una reunión para cuando la Corte Internacional de La Haya de su veredicto, en los primeros meses de este año.
Como es sabido, Argentina llevó a dicho tribunal internacional la controversia suscitada con Uruguay por la instalación de Botnia en Fray Bentos, acusando a nuestro país de violación del Tratado del Río Uruguay.
El aspecto más complejo de este tema no ha sido precisamente lo que se dirime en los estrados judiciales --aunque al país le ha costado cifras millonarias que aún no han sido divulgadas-- sino el conflicto socioeconómico generado por el bloqueo fronterizo a través de un piquete en la ruta que conduce al puente internacional General San Martín.
La medida, que comenzó con gran respaldo popular, lleva ya algo más de tres años de permanencia ininterrumpida. Hoy en día son unas pocas personas las que sostienen un bloqueo fronterizo sin antecedentes en la región, que ha concitado la atención internacional y sobre el cual no resulta fácil explicar su existencia.
A lo largo de este conflicto se ha tenido muchas veces la sensación de que se vive en el reino del revés, puesto que estas personas han tomado por su cuenta el control de una frontera con la complacencia del gobierno de su país, que al permitir la continuidad de la medida está violando también acuerdos regionales suscritos en el ámbito del Mercosur , además de lesionar una fraternidad histórica entre uruguayos y argentinos.
Y si alguna vez se intentó con esta medida evitar que los turistas argentinos vinieran a Uruguay, la estadística muestra claramente que ese objetivo no ha sido logrado. Aquí en Paysandú y en Colón, donde se forman colas de kilómetros de autos de turistas en tránsito hacia Uruguay, lo sabemos bien.
Pues bien, ahora la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú piensa reunirse para ver si acatará o no un eventual fallo de la Corte Internacional de La Haya que pida la liberación del paso. En este sentido, algunos dirigentes piqueteros han deslizado que no apoyarán una medida de ese tipo si Botnia no es reubicada en otro sitio. Habrá que ver entonces qué hará esta vez el gobierno argentino ya que lo que hasta ahora ha hecho con el conflicto del río Uruguay no ha sido otra cosa que hacer la “plancha”.