Rurales | 05 Ene No faltó nada en 2009. De la sequía más intensa de los últimos 15 años se pasó a un comienzo de verano como pocos por lo llovedor. Del desconcierto por la caída de las economías mundiales y la consecuente reducción de la demanda internacional, a un mercado firme y demandado. De un dólar relativamente alto, a otro en caída.
El pasaje de un año Niña a otro Niño --que implica pasar de más probabilidad de que llueva menos que el promedio, a que llueva más que el promedio--, hace que la ganadería entre al nuevo año en una situación como pocas. Las pasturas están en estado descollante. Hay pasto, hay granos, hay forraje. El alimento para el ganado deberá ser relativamente barato en 2010.
Abundancia de forraje implica precios firmes para el ganado. Y eso es lo que está pasando y será lo que pasará en estos próximos meses, establece el informe de Negocios Ganaderos. La cantidad de hacienda es escasa. Habrá pocos terneros --son el producto de la seca de la primavera y verano pasados-- y se deberán hacer valer. También habrá menos animales formados y los frigoríficos tendrán que competir por hacerse de la materia prima. Los márgenes industriales, factiblemente, se reduzcan. Al menos eso es lo que indica la lógica del mercado.
Los nubarrones de la recesión mundial se disipan y el escenario que se abre para 2010 parece promisorio. El gran problema para los sectores exportadores es el dólar. En los últimos tres meses el peso uruguayo fue la moneda que más se valorizó en el mundo. Para 2010, según el Instituto de Economía, el dólar (diciembre 2010 vs diciembre 2009) tendrá una suba de sólo 3,5%. Por lo tanto, teniendo en cuenta que cierra el año en el eje de $ 19,6-19,7, estaría culminando 2010 en el entorno de $ 20,3.
Los vacunos tendrán buenos precios en dólares, pero esta moneda va a valer poco. No obstante, clima y buena demanda mediante, se producirán muchos kilos de forma relativamente barata. Los números de los productores mejorarán en 2010.