Paysandú, Sábado 09 de Enero de 2010
Deportes | 06 Ene Tomás Ojeda (13) cerró un año espectacular. El jinete resultó ser el último ganador sanducero de la temporada 2009 de hipismo de nuestro país, ya que integrando el Grupo Sanfranciscos de nuestra ciudad alcanzó el primer lugar en el Torneo Clausura desarrollado en Montevideo, dentro de su categoría, un metro (la altura de las vallas) Menores.
“Hace cinco años que estoy en esto, pero cuando recién comencé tuve varias caídas y abandoné porque a veces no tenía mucho equilibrio. Pero me di cuenta de que es lo que me gusta, y me volví a entusiasmar”, comentó el jinete que ya comenzó a pensar en la temporada 2010.
“Entrenamos tres o cuatro veces a la semana, pero el caballo también tiene que estar entrenado. ¿Cómo es un entrenamiento? Calentamos un rato y luego damos algunos saltitos. Pero el caballo (en este caso “Ciclón”) siempre tiene que estar en movimiento”, afirmó.
Consultado sobre la dificultad de este deporte, Ojeda aseguró que “una vez que le agarrás la mano no es difícil, pero siempre hay cosas para aprender. Lo más complicado sin dudas es el salto, seguir al caballo”. La competencia de hipismo consta de “un recorrido con diferentes vallas y con algunas que son dos vallas juntas, para exigir tanto a lo largo como a lo alto, y casi siempre son dos o tres obstáculos. Además hay calles y pueden exigirse dos o tres galopes en el medio”.
Además, el jinete afirmó que “dentro de la categoría de un metro, después de la escuelita, comienza a haber tiempo directo: es decir que gana el que hizo menos faltas en menor tiempo”.
Más allá del entrenamiento del deportista, está claro que la relación con su caballo debe ser la mejor. Y eso se alimenta diariamente. “Sí, es cierto, la relación con el caballo debe ser muy buena. Y eso se basa en el cariño, cepillándolo, mimándolo. En nuestro caso cuidamos a ‘Ciclón’, de 10 años, con mi hermano que este año no va a correr más, por lo que el caballo saltará solo conmigo”, dijo Ojeda. Como sucede en nuestro país con la gran mayoría de los deportes, el hipismo se traduce en una pasión prácticamente sin posibilidades de que se consiga un retorno económico a la inversión que se necesita para comenzar a practicarlo. “En Uruguay uno no hace esto por dinero, sino porque le gusta. En las diferentes categorías hay trofeos, y desde 1,25 metros comienza a haber premios, que son unos 1.000 dólares para el primero y 500 para el segundo”, es decir muy lejos de poder decir que se trata de un deporte redituable, que permita al deportista vivir de su profesión. “Es un deporte bastante caro, no es muy accesible, pero creo que con esfuerzo se puede”, dice Ojeda, para quien el hipismo es una pasión.
Por eso el jinete ya piensa en lo que se viene. “Este año comenzaré a saltar en otra categoría, en la de 1,10 metros. Tendré el caballo solo para mí, así que estamos en contacto con él porque no se le puede dejar mucho tiempo quieto, debe entrenarse aunque no con tanta exigencia como de costumbre”, afirmó.
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