Paysandú, Lunes 11 de Enero de 2010
Rurales | 05 Ene El factor climático, las expectativas de precios por mercados que se abren para los diferentes productos y la recuperación de la producción interna, son aspectos que sobresalen claramente en el sector agropecuario diferenciándolo claramente de los últimos dos años.
Tanto en 2008 como 2009, diferentes situaciones no vislumbraban un panorama alentador. Aunque a principios de 2008 los mercados estaban firmes, el déficit hídrico se hacía notar en los campos y generaba preocupación.
Datos aportados por la Estación de Meteorología de Paysandú y otros recabados por EL TELEGRAFO, indican que en estos dos años tanto en enero como febrero el déficit hídrico fue importante y se arrastraba del año anterior.
La situación cambia radicalmente a partir de noviembre del año pasado, con registros de 328 milímetros para noviembre y 203 en diciembre, generando mayor alivio para las pasturas, buena capacidad en cañadas y tajamares y muy buena humedad para la implantación de los cultivos de verano.
Por sectores
A nivel del sector agrícola la soja sigue empujando la expansión agrícola y una trascendente transformación en el agro uruguayo. En la presente campaña agrícola de verano se plantarán más de 848.000 hectáreas de soja, lo que representará 47% más que la zafra pasada.
Se inicia este 2010 con la ganadería estabilizada, luego del duro golpe que le propinó una prolongada sequía, que repercutirá en la baja de terneros en 2010. Sin embargo, el horizonte es bueno porque la pasada primavera recompensó y trajo el forraje necesario para que las próximas pariciones sean buenas.
Al igual que en la lechería, los mercados externos salen de la recesión de manera paulatina pero firme y las perspectivas son buenas. En 2009, con una faena más alta, el volumen exportado casi compensó la caída de precios. La producción ovina en tanto, que tuvo un año récord en carne, recupera la demanda por lanas finas y tejidos.
Si a ello se le suma que la actividad forestal, que ya recuperó los precios en los mercados internacionales, seguirá creciendo, se puede concluir que este año comienza con buenas perspectivas.
carne
Para el negocio cárnico 2010 se presenta auspicioso, con perspectivas alcistas de precios internos e internacionales y con una perspectiva de exportación cercana a los U$S 940 millones.
Como un año de transición lo definió la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias (Opypa) para la ganadería vacuna.
El por qué de esta definición, hay que buscarlo en las consecuencias de la dura sequía y la crisis forrajera que mostró su máximo rigor a finales de 2008 y a principios de 2009, y que dejará “una estela de secuelas que afectarán los flujos de existencia y faena y la evolución de los precios de la reposición”, según la oficina ministerial.
Lo que espera Opypa para 2010 es un mantenimiento de los niveles de faena ubicándolos en 2.200.000 y 2.400.000 cabezas con una producción total del orden de un millón de toneladas en pie. Los productores pueden esperar niveles de precios para el ganado gordo similares a los de 2009 e inclusive, con una tendencia al alza.
Stock
El golpe de la sequía en el stock se hace sentir. En el cierre de 2009 se ubica en el entorno de los 12.500.000 cabezas, con una reducción de las vacas de cría al inicio del entore del orden de 2,5%. En la primavera de 2010 sería de esperar que nazcan entre 2.600.000 y 2.800.000 terneros.
Por otro lado, los efectos de la baja parición de 2009 recién se harán sentir en 2011 y 2012. En esos años el mercado se caracterizaría por una escasez relativa de categorías gordas. El stock tendría una caída del orden de 12% en relación a 2009, ubicándose por debajo de los 11 millones de cabezas al cierre del ejercicio en junio de 2010.
Exportaciones
En cuanto a las exportaciones medidas en dólares, Opypa estima que 2010 cerrará con un ingreso de divisas por concepto de colocaciones de carne vacuna en el exterior del orden de U$S 900 a U$S 940 millones. Se trata de una expectativa muy similar al cierre estimado de 2009, que se ubicó en U$S 930 millones. Estos ingresos, si bien son muy inferiores a los de 2008, se ubican entre los más altos de la década, según Opypa.
La tierra, en tanto bien escaso y caro, continuará conformando un mercado de precios altos, tanto para la compra como para el arrendamiento. Este elemento está condicionando los sistemas de producción, por lo que Opypa estima que sería necesario repensar “las estrategias de producción tradicionales y extensivas y que ajustaban la carga (ganadera) en base al factor tierra”.
En cuanto a la expansión agrícola, invadiendo tierras esencialmente ganaderas, Opypa la visualiza como una oportunidad de diversificación y complementariedad para el acceso a suplementos nutricionales.
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