Locales | 10 Ene El viernes se llevó a cabo una conferencia acerca de los vinos de la región, a cargo de la ingeniera agrónoma enóloga Estela de Frutos en representación del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) y de la profesora María Julia Burgueño, en el marco de la 23ª edición de la Fiesta de la Prensa. Así abordaron tres grandes temas, el vino y la vid, los italianos y el centenario de El TELEGRAFO, con su correspondiente aporte informativo sobre la producción vitivinícola desde sus comienzos en Uruguay. Actualmente las disertantes analizan la vid y los viñedos sanduceros dentro de una investigación histórica, encontrándose hasta el momento con escaso material para las fuentes primarias. Dentro de dichas fuentes, Burgueño mencionó por un lado el álbum de “El Diario” de 1933 y por otro, un personaje olvidado por la historia sanducera, don Setembrino Pereda, quien en el año 1896 en el libro “Paysandú y sus progresos” brinda profusa información respecto a esta región.
Dentro del enfoque histórico brindaron datos muy precisos. Por ejemplo, el cultivo de la viña con miras a la vinicultura comenzó en este lugar en 1885, cuando ya la capacidad productiva de nuestras tierras y el clima estaban probados a través de la gran cantidad de parrales que desde hacía años crecían en Paysandú, y cuyos frutos gustosos servían de postre en las mesas de aquel momento, siendo además comercializados en la calle y en los mercados.
En la charla también se recordó a los pioneros de este tipo de producción y desarrollaron conceptos como vid, proveniente del latín vitis; abordaron enfermedades-plagas de los cultivos que tuvieron en vilo al mundo como consecuencia de una gran expansión y que significó una catástrofe para productores y consumidores y cuya solución fue el injerto; se trató sobre la reconversión del vino uruguayo a finales del siglo XIX que consistió en cambiar la planta entera por la injertada cuando habían 700 hectáreas plantadas. Por último, las disertantes proporcionaron datos sobre esta producción en Paysandú, que tiene plantadas 175 hectáreas de viñedos, con un millón y medio de kilos de uvas y un promedio por planta de 3 kilos. A la luz de los hechos la enóloga expresó que “todos los vinos que nazcan de esta producción tienen que ser grandes vinos; Paysandú no tendría perdón si no produjera vinos de gran calidad”. Finalmente se destacó la medalla de plata obtenida el pasado año por un vino blanco sanducero, precisamente un Chardonnay.