Deportes | 11 Ene No todo está perdido, es verdad. Pero había mucha expectativa con el juego que podía desarrollar la selección de fútbol Sub 18 de Paysandú en el debut por la Serie B del Litoral Norte de la 7ª Copa Nacional de Selecciones.
Es que hay equipo como para pensarse que podía lograrse un buen resultado. Pero no funcionó, más allá de que en la primera parte tuvo por mayor tiempo el balón, que ganó la zona de mitad de cancha, lugar neurálgico para cualquier equipo que intente ser protagonista, como lo fue sin dudas el elenco sanducero.
Sin embargo, todo esto que tuvo a su favor no lo supo cristalizar en el arco de enfrente, porque las ofensivas no fueron contundentes dado que a los delanteros se le cerraban los caminos ante una defensa salteña que no daba la impresión de ser muy segura. Y claro, se dejó pasar la oportunidad de que aquellas pocas chance de gol con que contó, no las concretó.
Salto, que no daba pie en bola en zonas defensivas y medio campo, encontraba en los puntas el desahogo de su equipo, porque éstos trajeron a mal traer a los defensas sanduceros, principalmente a un notable Klever Noguera, quien con reflejos excepcionales iba quedándose con las chance de gol del rival.
El primer tiempo fue casi todo de Paysandú, al menos en intenciones de jugarle en la cancha al adversario, pero defeccionó para armar las jugadas de gol y lo pagó caro en el segundo tiempo.
El dueño de casa que salió decidido a matar o morir, llegó a meter el balón en el arco del equipo de la Blanca chica y se aseguró un triunfo importante como para soñar con seguir en la Copa. A Paysandú, que quiso reaccionar, no se le aclararon las ideas en el área contraria.
Para la “Pay 18” será borrar y empezar de nuevo, buscar con calma rearmarse para lo que se viene. Jugadores de nivel se tiene, pero algunos todavía no están funcionando, y quizá sea la oportunidad de quienes están esperando una chance, o en la medida de que los que jugaron de titulares y no anduvieron levanten, seguramente que otro será el cantar para el equipo sanducero. Daniel Bazet Fernández