Rurales | 09 Ene Costó, pero el sueño se está haciendo realidad. Después de años de intentarlo, decenas de productores de nuestro departamento están viendo la luz. Es que la mayor obra de electrificación rural en el país, que comprende 205 kilómetros, está llegando a sus tramos finales y con decenas de personas que cuentan actualmente con energía eléctrica en sus casas. Faltan solo algunos tramos menores porque la obra se dividió en tres fases, porque se debe cumplir con UTE, “de acuerdo con lo que ellos cumplen con nosotros”, manifestó a EL TELEGRAFO el educacionista Jorge Daglio, portavoz del grupo de 62 productores que llevan adelante la iniciativa.
“Nosotros no podemos divagar mucho y tenemos que ir concretando obras y se van habilitando los tramos y los productores quedan ya conectados. O sea, las líneas no pueden estar prontas y sin funcionar por lo que la habilitación es simultánea”, recordó al dialogar mediante celular desde los corrales del propio establecimiento “La Labor”, en la zona de Paso del Carmen, en donde hasta hace poco tiempo era imposible hacerlo. Esto se debe a que con la conexión a los establecimientos de la zona, también se vieron beneficiados, además de un Mevir, escuelas y una seccional policial, con la instalación de antenas de empresas telefónicas que permiten una fluida comunicación.
Daglio sostuvo que la empresa Electro Sistemas “se ha comportado correctamente, al igual que la otra empresa que colabora, perteneciente a Fernando Sellanes. Se inició la obra con el tramo que le denominamos rojo: desde el feed lot de El Eucalipto (pasando el kilómetro 100 de Ruta 26) y que llegó hasta Paso del Parque (en el límite de Paysandú-Salto) iluminando 20 viviendas de Mevir y unos 10 productores que estaban en esa línea”.
Luego se finalizó con la línea por Ruta 26 hasta el kilómetro 154, “incluso días atrás se le solicitó una jornada de corte a UTE para habilitar a todos, quedando con energía eléctrica establecimientos como ‛Los Molles’, ‛El Estribo’, Gustavo Bóffano, Elgary Zabala y se continuó hasta el destacamento de la 9ª seccional. De ahí se ingresó por el camino que le llamamos ‛Camino de la Invernada’, que llega a lo de Galimberti, ‛El Boquerón’ y ‛El Portón’”.
Comentó que en estos días está el personal de licencia, que retornará el martes 12, en tanto la cuadrilla que hace las perforaciones -también es sanducera- paró muy poco por las fiestas tradicionales y está preparando pozos para que cuando llegue la cuadrilla de Montevideo, la obra continúe. Faltan los últimos tramos denominados “azules”, que es la zona con menos densidad de población, donde se compraron los materiales que UTE los envió correctamente y ya los tenemos a disposición. Entiende que esta obra “demorará dos meses y medio o tres”. Habrá unas cuatro cuadrillas que trabajarán a la vez. Precisó que “como máximo serán unos 10 productores de los 62 que encaramos la propuesta, que restan para conectarles la energía eléctrica”.
El maestro y productor de la zona basáltica, manifestó que “el cuello de botella para que la obra no se concretara era que siempre nos movíamos unos pocos o se hacían emprendimientos aislados. Hasta que entre unos 10 ó 12 amigos, conocidos y vecinos, comenzamos a andar en grupo y empujar todo para adelante”.
“Desde UTE nos explicaban que 205 kilómetros era una obra monstruosa, pero confiaron en nosotros y por eso empujamos hacia adelante y la obra será de destaque para el país”, dijo.
Gran cambio
“Es un cambio de 180 grados”, dijo Daglio. “Ya no dependemos del farol a gas y transportar combustible a más de 150 kilómetros de la ciudad. Ahora tenemos luz las 24 horas del día y podemos utilizar los electrodomésticos como antes no podíamos”.
Agregó que utilizar taladros eléctricos y soldadoras, “ahora es algo común e incluso días atrás vi como cortaban el pasto con electricidad”. A modo de anécdota señaló que “unas chiquilinas se disputaban una planchita para el pelo. Imaginate que hace unos meses atrás eso era impensado”.
Como particularidades del movimiento generado por los productores, Daglio recordó que a la inspectora Domínguez, jefa de Policía de Paysandú en aquel entonces, “le informamos lo que pretendíamos hacer y quedó impresionada de que los vecinos le colocarían la luz al destacamento”.
Lo mismo sucedió con las escuelas, como es el caso de la de Paso del Parque. “Hace unos días vinieron a colocar wi-fi para que los niños tengan acceso a Internet”.