Policiales | 14 Ene Fue finalmente procesado por la Justicia el sujeto de 18 años apodado “El Monito”, poseedor de múltiples anotaciones policiales como menor infractor, quien la semana pasada apuñaló a su padrastro en una finca del barrio Don Bosco (La Cubetera).
Como adelantáramos en base a información extraoficial, el jueves de la semana pasada, sobre las 19, la calma del referido vecindario se interrumpió abruptamente a consecuencia de un incidente protagonizado por dos conocidos habitantes de la zona. Se trataba de M.A.S.M, de 18 años, conocido como “El Monito” y su padrastro, quien según testigos había resultado apuñalado. Móviles de varias seccionales acordonaron el área pero no pudieron dar con el sospechoso, en tanto trasladaron al herido al Hospital Escuela del Litoral, donde le diagnosticaron dos heridas de arma blanca en la zona frontal y lateral del tórax.
Luego de varias horas de búsqueda en la zona, así como en las inmediaciones del barrio P3 y el Curupí, la policía dio por concluido el operativo y continuó buscando al agresor durante varios días, hasta que finalmente efectivos de la Seccional Segunda que patrullaban la zona balnearia lo detuvieron y entregaron a sus pares de la Seccional Primera. Indagado respecto al incidente, el detenido dijo que ese jueves, luego de ingerir bebidas alcohólicas, regresó a su casa y se sentó a descansar junto a la entrada.
En determinado momento, su padrastro llegó desde la calle y le pidió permiso para pasar, solicitud que si bien no le cayó bien cumplió inmediatamente. Sin embargo, cuando ya se había acomodado nuevamente, el hombre regresó y le pidió nuevamente para pasar, lo que generó un entredicho que no pasó a mayores, pero determinó que “El Monito” abandonara raudamente el lugar en dirección a la casa de su tío, domiciliado a pocos metros de allí.
Al parecer, lejos de solicitarle calma, el tío lo alentó a regresar y atacar “a palos” a su agresor, pero él optó por tomar un cuchillo de cocina y dirigirse directamente hasta donde estaba su padrastro y apuñalarlo en dos ocasiones a la altura del tórax. Una vez consumado el ataque, se alejó hasta el puente sobre calle Meriggi y reanudó su descanso hasta que vio llegar los patrulleros y huyó del lugar en dirección al barrio P3, donde se ocultó varios días en una vivienda abandonada.
Una vez escuchadas las declaraciones, la jueza de Feria lo procesó con prisión por el delito de lesiones personales especialmente agravado.