Paysandú, Domingo 24 de Enero de 2010
Deportes | 24 Ene Debía ganar y perdió. Tenía que acceder a la victoria para prácticamente asegurarse la clasificación por la Serie B del Litoral Norte, y terminó goleada. Debía festejar ante el numeroso público que se acercó al Estadio Artigas, y comprometió su clasificación a tal punto que está obligada a ganar sí o sí el próximo miércoles, cuando reciba a Mercedes en su última presentación.
Así de complicada quedó la selección sanducera mayor de fútbol al ser apabullada por un Salto que hizo bien los deberes y se aprovechó de los errores permanentes de un equipo que no es capaz de mostrar siquiera un espejismo de su potencial.
Anoche Paysandú mostró demasiado poco, fiel a su estilo de encarar los primeros tiempos. Pero para colmo de males, todo lo planificado y hablado en la charla técnica quedó por el camino pues la visita, sorpresivamente, abrió el marcador cuando apenas transcurrían 5 minutos de juego.
Fue un balde de agua fría para el equipo de Ulises Betti, que vio como Samit recibía de espaldas al arco, a pocos metros de Acosta, quien voló sin remedio cuando el volante apostó a hacer correr la pelota con la suela de su zapato para mandarla contra el caño izquierdo del arco sanducero.
Y como ha sucedido a lo largo de los tres primeros tiempos que Paysandú ha jugado en lo que va del Litoral Norte, la brújula comenzó a fallar a la hora de buscar el Norte. Porque Salto se hizo de la pelota, mandó en la mitad de la cancha y apostó en esta ocasión a volcarse todo por el sector derecho de la defensa sanducera para volver loco por momentos a Martínez y sus compañeros en defensa.
Así, teniendo en claro el objetivo, el libreto a emplear y los defectos de Paysandú a la hora de recuperar y sobre todo jugar la pelota, no era de extrañar que Salto comenzara a intentar sellar el triunfo en esa primera mitad. Fagúndez se lo perdió ante Acosta, más adelante Albín haría temblar el arco de Paysandú y poco después Acosta volvería a transformarse en figura ganando un mano a mano ante Carballo. Y si quiere repasar alguna otra incidencia, no hay que olvidarse que la visita desperdició un clarísimo contragolpe sobre el final del primer tiempo, que bien podría haber sido fatal para Paysandú.
¿Qué tuvo el equipo sanducero a su favor? Tan solo un centro al segundo palo que no pudo conectar con claridad Aramburo. Demasiado poco para un equipo que era local, que necesitaba del triunfo y, sobre todo, recuperar la pelota y dejar definitivamente de lado ese pelotazo frontal intrascendente.
Pero Belassi no sintió su posición en el sector izquierdo de la zona de volantes, Caratte se mostró perdido totalmente, mientras que Bianchi solo atinó a bajar para hacerse de la pelota que no llegaba y Finozzi se entreveró demasiado en las pocas incidencias en las que pudo tocar el esférico. La otra cara de la moneda fue Salto, que se juntó a la perfección en la mitad de la cancha e hizo pesar la sociedad creada entre Martínez, González y Carballo.
Por eso, por el resultado pero sobre todo por el trámite, estaba claro que Betti tendría que meter mano al equipo en el entretiempo.
El ingreso de Pons le dio otra tónica al ataque, Belassi pasó a volantear por la derecha y Caratte ocupó un lugar por la izquierda. Así, Betti intentó frenar la mitad de la cancha rival y darle mayor manejo a Paysandú. Y lo logró. Paysandú comenzó a hacerse del balón, apostó a tocar, a intentar incluso un par de remates de media distancia. Los sanduceros eran más, y cuando parecía que podían hacer valer la diferencia de tener un hombre de más por la expulsión de González, Colmán vio la roja para equiparar cantidad de hombres en la cancha.
Paysandú se jugaba al todo por el todo y dentro de las posibilidades podía pagarlo caro. Los sanduceros movieron las piezas, mandaron a Belassi al fondo dando ingreso a Saavedra para intentar mantener intacta la zona pensante del equipo.
Pero Salto se aprendió la receta y se jugó al contragolpe. Y Paysandú, que estaba jugado todo por el todo en su afán de convertir, recibió otra dura cachetada luego de que Fagúndez definiera solo ante Acosta tras recibir un pase de taco cuando los sanduceros estaban descuidados en el fondo.
Y fue la debacle. Porque en el intento desesperado de ir en busca del descuento como fuera, Paysandú se paró prácticamente en campo contrario. Y la velocidad de Carballo, dejando por el camino a los defensores que intentaron frenarlo sin la respuesta física adecuada a esa altura del partido, cuando el pitazo final estaba al caer. Paysandú fue goleado. Salto aprendió de los errores cometidos ante este mismo rival y dio una clase de fútbol y efectividad. Y el sanducero dejó en claro que no fue un espejismo lo sucedido en los dos primeros tiempos de los dos primeros partidos.
Porque, a esta altura, el equipo preocupa más de lo que esperanza. Y le queda una sola carta y deberá jugarla con inteligencia. STB
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