Paysandú, Miércoles 27 de Enero de 2010
Opinion | 20 Ene Con presencia del presidente electo José Mujica en la apertura de la reunión, quedaron instalados en las últimas horas los grupos de trabajo interpartidarios que procurarán acercar puntos de vista y definir lineamientos básicos para llevar adelante iniciativas en las áreas de la educación, la seguridad y el medio ambiente, en lo posible apuntando a que estos acuerdos deriven en políticas de Estado.
En un ambiente de distensión, tras las pasiones exacerbadas que suelen manifestarse en el período electoral, hubo un primer esbozo de los puntos básicos en que se procurará arribar a entendimientos para que las iniciativas que se lleven adelante en estas áreas cuenten con el máximo respaldo político posible y no se reduzcan en su defecto solo a contar con la mayoría parlamentaria que ha obtenido el oficialismo en la consulta popular.
En el caso del medio ambiente no debería haber mayores dificultades para acordar, si se tiene en cuenta que hay prácticamente unanimidad en la necesidad de apuntar a la búsqueda de reconvertir la matriz energética mediante el mayor uso posible de energías alternativas de origen nacional, a reducir la vulnerabilidad y dependencia del suministro desde los países vecinos en el caso de la electricidad, a promover energías amigables con el medio ambiente y a hacer respetar las normas de seguridad ambiental.
Las diferencias ya aparecen si nos trasladamos a la problemática de la seguridad, desde que no solo se manifiestan divergencias en cuanto a la entidad del problema, sino también en cuanto al diagnóstico y sus orígenes, desde que connotados dirigentes de la coalición de izquierdas hasta ahora han tenido una visión ideologizada de un tema que es mucho más complejo, naturalmente, y en grandes líneas lo han atribuido a las políticas “neoliberales” de los anteriores gobiernos.
Con este punto de partida se haría muy cuesta arriba acordar acciones en áreas concretas, porque se desdibuja desde el vamos la real entidad de una problemática que corta transversalmente a la sociedad, en la que el actual gobierno ha sido reacio a adoptar medidas tendientes a proteger a la población de las incursiones de antisociales a quienes todavía desde sectores de la Administración Vázquez se les ha considerado como las víctimas a proteger, al punto de que se liberaron anticipadamente centenares de delincuentes de las cárceles.
Pero seguramente la presión de la sociedad, que se siente desprotegida y que reclama cada vez con mayor énfasis acciones de prevención y represión ante el desborde de la delincuencia será determinante para que estos reductos que mantienen una visión distorsionada de la realidad se avengan a reexaminar posturas y se pongan en sintonía con las respuestas que reclama la población.
Ello permite abrir un cuota de moderada expectativa respecto a que finalmente pueda generarse un consenso mínimo en los grandes lineamientos para que gobierno y oposición trabajen juntos, con mejores posibilidades de éxito en uno de los grandes escenarios en los que el gobierno ha fracasado rotundamente.
De todas formas, no puede haber dudas que es en el plano de la enseñanza, sobre todo a partir de la aprobación de la Ley de Educación --que contó solo con los votos de la mayoría legislativa del gobierno tras un proceso muy controvertido--, donde están latentes las mayores divergencias entre gobierno y oposición, desde que lamentablemente la coalición de izquierdas cometió el error de acceder a transferir a los gremios de la enseñanza una cuota significativa de poder en la conducción de los organismos rectores, sin a la vez exigir una mínima contrapartida que derive en una mejora en la calidad de la educación.
En esta oportunidad la delegación del presidente electo tuvo el buen tino de no presentar ningún plan de trabajo para evitar “flechar la cancha” en un tema ya de por sí delicado, aunque en la próxima sesión se haría un “punteo” de temas para trabajar y no se descarta que pueda ponerse sobre el tapete eventuales modificaciones a la Ley de Educación.
De lo que se trata, de todas formas, tanto en estas como en las otras áreas mencionadas, es de crear ámbitos de discusión por fuera del tratamiento parlamentario de los temas, donde la exposición pública y otros elementos puramente políticos suelen desdibujar los objetivos fundamentales, para ir con acuerdos más o menos “cocinados” para sellarlos con una ancha base política, que permita trabajar a este gobierno y a los que le sucedan con acciones de mediano y largo plazo, que es la única forma de lograr resultados valederos con las miras puestas en el interés general, por encima de la búsqueda de réditos electorales.
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