Rurales | 22 Ene Pese a las permanentes dificultades que ocasionó la ocurrencia de precipitaciones en gran parte del país, la siembra de soja está prácticamente finalizada, con un importante incremento del área a plantar en la presente campaña agrícola. El ingeniero agrónomo Pablo Nolla, integrante del Departamento Técnico de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), filial Paysandú, sostuvo a EL TELEGRAFO que “es difícil de recordar años similares con esta problemática de lluvias permanentes y que no nos dejaban terminar de sembrar”.
Incluso hay cultivos que ya están naciendo, porque se plantaron con bastante humedad. Esta situación contrasta con la que se registraba el año pasado, donde se había plantado más temprano, pero la falta de lluvias provocó que las plantas emergieran recién durante la primera quincena de febrero.
Estaba previsto sembrar por arriba de las 700.000 hectáreas de la oleaginosa, confirmando varias décadas de expansión del cultivo.
El maíz que fue sembrado temprano y la soja de primera que se pudo sembrar en su momento, “presentan un porte de bueno a muy bueno, pero todo lo de segunda presenta dificultades porque no se pudo entrar a cosechar lo de invierno en tiempo y forma”.
Sanidad
Alertó a los productores sobre “un ataque muy importante de lagarta, para lo cual se debe monitorear diariamente la soja, tanto las de segunda como primera, sorgos y aquellos que hicieron girasol, porque los datos están siendo claros y con una gran voracidad”. Entiende que “se debe estar muy cerca del cultivo para efectuar un buen control, antes de que el daño sea irreparable”.
Nolla indicó que en los últimos años “estamos viendo que existen ataques mayores”. Sostuvo que este es un año “de mucha agua y con siembras sobre rastrojos muy húmedos. Se hacen tratamientos previos a las siembras de insecticidas para realizar un adecuado control, porque inmediatamente de nacidas son atacadas por la lagarta”.
logistica
Tal como sucedió con el trigo, los operadores están previendo algunos problemas con la logística a nivel de la soja. “Habrá mucho trigo en las plantas y no se van a desagotar de aquí a abril, por lo que existirán complicaciones con la logística”, aseguró a El País Carlos Foderé, principal de la empresa Fadisol. La oleaginosa demanda un proceso de secado y otras operativas que exigen una buena capacidad de almacenaje del grano.
trigo
Los industriales brasileños no están mostrando ningún interés por los trigos uruguayos. “Estamos en un momento complicado”, aseguró Foderé. Las empresas uruguayas negocian con los brasileños bajar el peso hectolítrico a 76 --Brasil exige como mínimo 78--, pero la reciente baja del grano en el mercado de Chicago no está ayudando. No hay negocios cerrados con el peso hectolítrico que presentan los trigos uruguayos. El peso hectolítrico traduce la cantidad de materia seca de grano que hay en un volumen determinado y es un parámetro de calidad.
Con la baja en Chicago, incluyendo los impuestos, los trigos estadounidenses puestos en Brasil están casi en los valores del cereal uruguayo y eso complica el panorama.
Desde la óptica de Foderé, “no existe el volumen de trigo que ya había prevendido con 78 de peso hectolítrico. Me da la sensación de que será difícil que se pueda cumplir con los negocios pactados”.
Almacenamiento
La capacidad de almacenamiento en Uruguay aumentó cerca del 10% en el último quinquenio en virtud de inversiones que superaron los 100 millones de dólares.
Ariel Bogliaccini, director del Plan Nacional de Silos, precisó que el aforo de granos se incrementó en 640.000 toneladas y totaliza ahora 4.340.000 toneladas.
Especificó que “del total, aproximadamente un 45% corresponde a acopios destinados al arroz”.
Bogliaccini aseguró que entre 40 y 50 unidades porcentuales del crecimiento se localiza en almacenes en el litoral oeste próximo a la zona franca de Nueva Palmira.
Agregó que en la próxima cosecha de soja también aumentará la disponibilidad de depósitos para ese producto, estimada para abril en 100.000 toneladas más.