Opinion | 24 Ene Finalmente tras cuatro años de indiferencia del gobierno central el próximo martes se reunirán en la sede de CARU las máximas jerarquías de todos los organismos que tienen relación directa con el paso de fronteras, para buscar soluciones inmediatas a las interminables colas de vehículos que se producen durante el verano, en especial durante el recambio de turistas. En esta oportunidad tampoco estará presente el ministro de Turismo Héctor Lescano, porque como es costumbre en nuestro país, el titular de la cartera se toma licencia en plena temporada turística, pero se anuncia que en su lugar vendrá el subsecretario Antonio Carámbula. Más allá de esta incoherencia circunstancial, es de destacar que de lograrse los objetivos de la reunión, los últimos turistas de la temporada podrán abandonar el Uruguay sin sufrir los agobiantes retrasos del puente, y quizás se lleven la idea de que acá hay un gobierno que los tiene en consideración y trata de hacerles su estadía lo más placentera posible a pesar de las trabas que imponen los ambientalistas de Gualeguaychú.
Pero más allá de esta época puntual en que las colas de automóviles alcanzan varios kilómetros de extensión, el puente General Artigas permanece saturado todo el año por camiones y ómnibus que se ven obligados a pasar por Paysandú debido al cierre unilateral del paso de Fray Bentos, ocasionando serios problemas en las instalaciones sanduceras y la zona circundante al puente. Por ese motivo sería interesante que las autoridades presentes tomen conciencia de esto para solucionar los problemas logísticos y de trámites que afectan tanto al transporte internacional de cargas como a la zona aledaña al puente y sus habitantes. Allí, mientras los camioneros deben esperar días y noches enteras sin los mínimos servicios a un costado de Avenida de las Américas, en todo ese tiempo no pueden abandonar sus vehículos por el riesgo de robos, las calles y espacios verdes se han visto destrozados por el tránsito pesado, prolifera la prostitución –incluso de menores--, y hay riesgo de accidentes por la conjunción de varios factores, como son personas de toda edad caminando entre los vehículos estacionados, intenso tránsito, animales sueltos y menores merodeando. Por todo esto sería bueno que en la reunión programada o en otra previa estuvieran presentes el intendente Julio Pintos, el jefe de Policía Roque Arámbula, así como representantes de vecinos de la zona o incluso ediles departamentales, y que se busquen soluciones integrales en lugar de resolver los problemas puntuales del turismo.