Escribe el Doctor Rodolfo Canabal

Locales | 26 Ene Tal como hace ya cierto tiempo se expresó en esta columna, son firmes los fundamentos que demuestran la falta de razones favorables que existen para mantener vigente el conflicto que, hace ya más de tres años, derivó en la interrupción del tránsito entre Argentina y Uruguay por el puente General San Martín, hoy sólo mantenido por un pequeño grupo de “piqueteros”, los cuales, insólitamente, hasta han llegado a afirmar que, aunque el fallo de la Corte Internacional de Justicia fuera desfavorable a lo que sustentan, igualmente mantendrían su posición de exigir el retiro de la planta de celulosa instalada en Fray Bentos. Los fundamentos a favor de Uruguay son, en lo sustancial, los siguientes: a) está técnica, amplia y reiteradamente demostrado, que no existe ningún riesgo de contaminación del Río Uruguay; b) si Uruguay, en el proceso previo a la instalación de la planta de celulosa, pudo haber incurrido en error formal al conceder la autorización respectiva, el gobierno del vecino país, por resolución expresa del Poder Ejecutivo, oportunamente comunicada a su Poder Legislativo, dio el visto bueno a tal instalación, y además acordó que su control sería compartido por ambos gobiernos; c) la traba impuesta por grupos de personas a la circulación internacional, que el gobierno del vecino país ha tolerado, significa que dicho gobierno no se ha ajustado al cumplimiento de los deberes que como tal le corresponden para amparar la libre circulación internacional, según resulta de las normas constitucionales y de los compromisos internacionalmente contraídos.
Durante el actual período de gobierno el presidente Vázquez consideró, e hizo saber al gobierno argentino, que no entablaría ningún tipo de negociación con dicho gobierno mientras se mantuviera el corte del puente internacional precitado, actitud que en general contó con el respaldo de la opinión pública.
El Presidente electo Sr. Mujica, así deriva de sus actitudes, consideró pertinente mantener una reunión con la presidenta Fernández de Kirchner en la cual el tema fue considerado, aunque no trascendieron con precisión los contenidos del diálogo al respecto, reserva que se debe reputar razonable; trascendió que le informó que anteriormente había mantenido un diálogo con los “piqueteros”, sin que tampoco haya trascendido su contenido. Y el pasado fin de semana recibió en Tacuarembó al Gobernador de Entre Ríos quien es notorio que se opone a que se permita mantener en vigencia tal corte. La referida entrevista fue groseramente calificada por integrantes del grupo “piquetero” (hoy muy reducido) que mantiene en vigor el corte, actitud que junto a su afirmación de que ni una sentencia judicial adversa haría cesar su actitud, ilustra bien sobre sus cualidades.
No me parece inconveniente que el presidente electo realice desde ahora algunos intentos tendientes a preparar, si fuera posible, la futura solución de dicho conflicto, el cual además de trabas circulatorias, molestias y consecuencias económicas desfavorables, ha incidido también para afectar otros aspectos relativos al Río Uruguay, y hasta para trabar el dragado de canales internacionales.
Pero sí es muy inconveniente que el futuro presidente, que obviamente no es especialista en los temas del Derecho Internacional, y más concretamente sobre los relacionados con tratados y convenios celebrados con la República Argentina, relativos al Río de la Plata, al Río Uruguay y a los respectivos límites, muy bien regulados con los instrumentos vigentes, formule públicamente opiniones sobre eventuales reformas a los acuerdos vigentes, pues ello sólo puede servir para crear confusiones y problemas futuros. Jamás debe hablar públicamente al respecto (salvo que haya requerido solvente asesoramiento técnico). No debe olvidar nunca que una cosa es ser senador, pero algo muy distinto es ser Presidente, hoy sólo electo, desde el 1º de marzo en ejercicio del respectivo mandato. Tales algunos conceptos que se entiende oportuno señalar con relación a las informaciones trascendidas acerca del conflicto derivado del indebido bloqueo del puente internacional General San Martín y a las lamentables declaraciones públicas del electo Presidente.