Locales | 26 Ene Son enormes, súper equipados y por sobre todo… carísimos. Los yates argentinos regresaron esta temporada a las amarras de la bahía del Yatch Club Paysandú, aunque en muy menor proporción que en otros años. Según explicó el encargado de la operativa de la bahía, Ruben Maneiro, la crecida del Río Uruguay repercutió considerablemente en la actividad del embarcadero, ya que los turistas argentinos buscaron destinos con oferta de playa.
Mientras en otras temporadas llegaban a contabilizarse hasta doce, este fin de semana únicamente tres yates de bandera argentina descansaban en la atestada bahía del Yatch. Se trata de modelos de unos doce metros de eslora, pertenecientes a la Fundación Náutica Deportiva (Funade), cuyos integrantes también acercan ayuda a las víctimas de las inundaciones. Maneiro explicó que la menor afluencia de embarcaciones argentinas de gran porte responde fundamentalmente a “la situación del río”.
“Ellos (los propietarios de los yates) tienen familiares en Argentina, pero éstos no vienen porque no hay playa, ni isla, ni arena”, comentó. Las tres embarcaciones que llegaron a principios de año lo hicieron desde Buenos Aires, luego de efectuar algunas escalas. Se trata de turistas que habitualmente llegan a nuestras costas en busca de tranquilidad y de la calidez de los sanduceros. En un Paysandú que por estas horas no ofrece posibilidades de hacer playa, los visitantes optan por breves travesías en horas de la tarde por los alrededores de la vecina ciudad de Colón, así como “Las Baterías”, barrancas de arena que está detrás de la isla Caridad. “Se van al mediodía y regresan de tardecita”, explicó.
Como se trata de turistas que ya conocen Paysandú, su rutina también incluye visitas a conocidos, travesías colectivas y reuniones en las instalaciones del club, donde mantienen una buena relación con el personal. “No son para nada cerrados, son gente macanuda”, comentó Maneiro.
Los pronósticos señalan que en los próximos meses la situación del Río Uruguay no cambiará sustancialmente. Además del drama que significan las inundaciones, el turismo náutico también sufre las consecuencias de una de las manifestaciones del cambio climático.