Paysandú, Miércoles 03 de Febrero de 2010
Deportes | 28 Ene Si le dicen que Paysandú quedó eliminado después de jugar una serie de solo tres equipos, y en la que clasifican dos, seguramente asegurará que es un chiste.
Pero es realidad tangible: Mercedes le dio anoche, en el Estadio Artigas, el último empujón a una selección sanducera que a lo largo de su pobre y corta participación en el Litoral Norte nunca pudo siquiera atenuar su caída libre.
Y el 1 a 0 que festejó Mercedes fue mortal, fue la estocada final para despedirse tempranamente de un campeonato en el que era serio candidato.
Anoche no se alcanzó a solucionar todo. Los cambios implantados por el técnico después de la olvidable actuación clásica del pasado sábado dotaron al equipo de mayor tranquilidad a la hora de intentar buscar el resultado que se necesitaba, pero no consiguió la sorpresa esperada.
Porque Paysandú terminó siendo un equipo repetitivo en muchos aspectos. Y sin poder aprovechar la velocidad de Piñeiro y Pons --quienes igualmente en un par de ocasiones apenas comenzado el partido parecieron haber entrado en primera a fondo, generando un par de tiros libres interesantes que fueron desperdiciados burdamente--, la idea futbolística rápidamente comenzó a diluirse.
Es verdad que no se perdió la calma, que se intentó mantener un relativo orden adentro del terreno. Pero también es cierto que el equipo mostró los mismos problemas endémicos que ha sufrido a lo largo de su corta participación en este Litoral Norte.
Pero el agravante, más allá de todo, es que esta vez tenía que ganar o ganar. No quedaba otra si es que se quería superar esta corta Serie B sin depender de una mano de Salto el próximo sábado. Pero ni siquiera se llegó a eso.
¿Qué mostró Paysandú en la primera etapa? Demasiado poco. Apenas un par de piques de los delanteros en el primer tramo, incluyendo la mejor combinación sanducera en ataque entre Finozzi y Pons, que terminó por destruir el golero rival; y nada más. Porque se volvió a fallar a la hora de ir a buscar la pelota, de sacar a relucir toda la rebeldía posible para ganar en las divididas. Se erró al momento de jugar la pelota a los pies, de asegurar cada pase. Y se volvieron a dar demasiadas ventajas por un sector izquierdo que el técnico Ulises Betti no pudo solucionar a lo largo de los cuatro partidos, porque ahora Saavedra y Odriozola no fueron una buena combinación no solo a la hora de cortar el juego, sino de pensar en ataque. Mercedes hizo su negocio. Bien parado, sabiendo que de contragolpe podía lastimar a un equipo que en su necesidad podía dejar espacios. El árbitro le perdonó la vida a Bosóm y la visita se mantuvo con 11 en la cancha, lo que le permitió mantener la línea, manejar la pelota con inteligencia, y llegar en un par de ocasiones a inquietar a Paysandú.
Y mereció irse en ventaja. Porque Gómez ensayó un remate perfecto de media distancia, que Acosta sacó con una espectacular atajada, con mano cambiada, volando para desviar el balón al córner y dejar en claro que ha sido la gran figura de este Paysandú versión 2010.
Pero si Acosta había sido fundamental para mantener el cero en el arco para irse al descanso, vale señalar que fue culpable otra vez de ser el salvador del equipo, al ganar por dos veces en una misma jugada cuando iban tan solo 8 minutos del segundo período. Ahora sí Paysandú comenzó a desdibujarse adentro de la cancha, intentando sin demasiadas ideas más allá de un pique de Piñeiro por izquierda que Caratte terminaría con un remate desviado, y que en una de las mejores creaciones sanduceras Finozzi hizo que, con un cabezazo, la pelota se estrellara en el travesaño.
Pero se veía que no habría forma. Los minutos corrían y el único método posible para llegar al área mercedaria fueron los centros de Odriozola, que envió una y otra vez la pelota para que delanteros, volantes y hasta defensores pudieran alcanzar el milagro.
Ni siquiera se pudo hacer valer el hombre de más después de que el árbitro expulsara a quien le había perdonado la vida en el primer tiempo. Lo de Paysandú fue pobre, y ni siquiera las variantes cambiaron la tónica de un partido que parecía terminar en empate.
Pero Mercedes tuvo su premio al trabajo inteligente, ordenado y apostando al toque ofensivo cuando se hizo de la pelota. La tuvo clara. Y Paysandú tuvo su castigo. Esta vez Acosta pudo salvar en la primera, pero en el córner Vera cabeceó solo, festejando no solo el triunfo sino la clasificación para un equipo que para muchos era la Cenicienta de esta Serie B, pero que clasificó de visita y todavía puede llegar a quedar primero.
Paysandú se despidió tempranamente, tras una actuación poco creíble. Los jugadores defraudaron casi en su totalidad, aunque ayer se salvaron algunos como Piñeiro y Pérez, que intentaron con vergüenza, pero en vano. La Blanca decepcionó a lo largo de los cuatro partidos y se despidió con dos derrotas en casa y dos empates afuera. El último que apague la luz. STB
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